V
MAL MOMENTO
PARA APRENDER INGLES
Ahora
que lo pienso con un poco más de detenimiento, el trayecto que estoy
describiendo, se me hizo más largo de lo normal, y a pesar que hace un par de
días no recordaba bien como lo había sobrevivido, los últimos acontecimientos
me han ayudado a recordar.
Es
como dicen, que cuando estas a punto de morir puedes ver de nuevo toda tu vida
en retrospectiva… Casi podría asegurar que todos los que estamos con vida aún,
podemos disfrutar de la mejor memoria personal que cualquier ser humano en
cualquier otro momento de la historia. Con tantos encuentros cercanos a la
muerte, los recuerdos y los buenos momentos se mantienen siempre a flote.
De
hecho el pensar en las cosas que uno había vivido, las sonrisas, los momentos
felices, es lo que lo mantiene a uno cuerdo en esta época donde la muerte nos
puede atrapar en cualquier momento. Por lo menos es lo que me mantiene a mí aún
en pie y con la mente viva para poder seguir viviendo… Para realmente seguir
queriendo vivir aún cuando estoy rodeado de pura muerte.
Pero
mejor continuaré describiendo las pocas cosas que recuerdo de esa huida,
posiblemente a muchos les esté aburriendo, pero les puedo asegurar que
conversar, o escribir las cosas que uno ha tenido que pasar, ayuda a
desahogarse y liberarse de tanta presión.
Al
llegar al boulevard de nuevo, como ya había dicho, podía comenzar a ver la “Torre
de la Previsora ”,
esa es una torre emblemática de la zona de Plaza Venezuela en la capital de mi
país. Me pregunto si aún continuará trabajando su reloj o si se habrá apagado
hace ya muchos años por la falta de corriente. Con tantas fallas eléctricas y
problemas de electricidad que había sufrido el país con el último gobierno era
difícil de creer algo así, pero soñar no cuesta nada, y últimamente es muy
difícil soñar cosas bonitas.
Continué
caminando, esta primera calle estaba sumamente vacía, pude pasar por los
establecimientos de comida rápida y por el boulevard sin muchos inconvenientes.
Ya había visto que desde mi espalda una cantidad muy grande de zombies venía
caminando lentamente, por lo que regresar sería casi impensable.
Mientras
avanzaba la calle se hacía más y más oscura, como si la oscuridad se pudiera
comer cualquier indicio de luz que pudiera intentar entrar. No se como explicar
esa oscuridad, con el conocimiento que tengo ahora podría pensar que fue un
zombie Psíquicos en sus primeros pasos, pues esa oscuridad no era normal, pero
en ese momento no pude saberlo ni imaginarlo.
Al
llegar a la esquina notaba algo extraño en el ambiente, todo estaba tan oscuro que
era difícil observar lo que ocurría, seguía teniendo una sensación extraña, un
fuerte olor a sangre inundaba el aire, un olor penetrante y agrio que parecía
que no solo te podía llegar por el olfato sino que podía traspasar tu piel.
Estaba
caminando lentamente, mis sentidos despertaron y la vista estaba mejorando de
nuevo en esta oscuridad, mientras caminaba también comencé a sentir que estaba
pisando algún líquido, algo pegajoso y espeso que causaba cierta fuerza para no
separar los pies del suelo.
Casi
como si todo el suelo hubiera estado cubierto de chicle que se te pega al
zapato. Mis oídos comenzaron a agudizarse, y empecé a notar un suave y lento
gruñir que parecía venir de todas direcciones. Por un momento pensé que podían
ser zombies en los edificios de los alrededores. Pero seguía sintiendo que algo
extraño había a mí alrededor, algo que no cuadraba con todo lo que pasaba.
Me
imagino que entre el cansancio de no dormir bien los últimos días, estar en
plena madrugada y tantos disparos de adrenalina en un cuerpo no acostumbrado al
ejercicio y las emociones fuertes tan seguidas, empezaban a cansar mi cuerpo y
mi espíritu, porque cuando pude comprender lo que estaba ocurriendo era
bastante complicado salir del problema.
Ya
me encontraba frente al Centro Comercial City Market, es un centro comercial
pequeño cuya entrada principal daba directo al boulevard, noté que el suelo del
boulevard no era más que una masa completa de zombies, acostados sobre lo que
parecía un grupo grande de personas que se estaban comiendo.
La
sustancia del suelo que me dificultaba el caminar era la sangre derramada de
los cuerpos que se estaban devorando. Tal vez unos 20, o 30… No se exactamente
cuantos eran, pues mi intención en ese momento no era quedarme a contarlos. Lo
que mi vista no lograba captar que era lo extraño, es que el suelo estaba
ligeramente por encima de lo que debería, ya que parecía que los zombies
estaban acostados sobre su comida y la imagen era de un suelo con vida
esperando que lo toques para llevarte abajo y comerte.
Me
quedé congelado por un momento, comprendiendo que no había visto zombies por
que todos en esta calle estaban acostados comiendo. Pensé en retroceder por un
momento, estaban tan distraídos comiendo que creía que aún no habían notado mi
presencia.
Cuando
volteo la mirada, la horda de zombies que venían desde el este no se habían
desviado al Centro Comercial el Recreo como esperaba con la cantidad de bulla
que había allá abajo, sino que seguían caminando en la dirección que yo me
encontraba.
Las
puertas del centro comercial estaban cerradas, el enrejado tal vez no fuera
difícil de pasar por encima, pero tendría que correr un poco y tomar impulso,
porque caminando sabía que me alcanzarían y me tomarían antes de siquiera
intentarlo realmente de superar.
Otra
opción era rezar y correr por entre todos ellos, esperar que no me tomaran por
las piernas ninguno, me tumbara y terminara muriendo. Lo que hizo que terminara
de decidir que hacer fue ver a uno de los zombies levantarse lentamente. Su
silueta en la oscuridad no denotaba nada hermosos.
Podía
ver la silueta de un humano, si es verdad, pero aunque se podía pensar que uno
de sus brazos lo tenía levantado, el otro era imposible pensarlo, puesto que se
podía ver medio brazo de lado y como un hueso estaba al desnudo.
Empecé
a correr hacia la reja del centro comercial, esperaba poder superar la reja sin
tumbarla por completo y que adentro no tuviera muchos inconvenientes. Tal vez
si estaba limpio podría sobrevivir un tiempo, arriba en el nivel de feria
podría conseguir algo de bebida y comida, y de seguro en alguna tienda
conseguiría algo de utilidad, tal vez alguna tienda deportiva u otra…
Mientras
tantos solo pensaba que quería ser un atleta de olimpiada, poder saltar la
verja completa sin necesidad de trepar y llevarme las puntas de arriba, o ser
un corredor que pudiera superar los 100mts planos sin que ninguna de esas
criaturas siquiera me lograra tocar.
Cuando
volví a bajar a la realidad ya estaba pasándome la reja por la parte superior,
varios zombies estaban con los brazos arriba intentando de alcanzarme, y la
adrenalina me hacía reír como un loco. Mas que todo porque mi mente se había
ido a otro lugar, y mi cuerpo se siguió moviendo dejándome pasar al otro lado
sin problemas y salvándome de un gran grupo de esas criaturas.
Cuando
crucé caí al suelo y rodé. Por suerte lo hice por un lado donde estaban las
rampas para subir, ya que en el centro estaban unas escaleras y podría haberme
roto el cuello fácilmente al caer.
Me
alejé de la reja mientras mas y mas criaturas comenzaban a aglomerarse en la misma
y la imagen se me hacía familiar a la del otro centro comercial. La ventaja era
que en este no era tan sencillo llegar en un vehículo y derribar la puerta por
lo que tendría seguramente algo de tranquilidad. Tal vez unos minutos de
respiro y buscar algo que me ayudara en su interior.
Comencé
a avanzar hacia el interior del centro comercial, todo parecía sumamente
tranquilo, eso me preocupaba. ¿Podía realmente haber encontrado un lugar donde
los zombies no lograran entrar y estar tranquilo un rato, comer, beber algún
jugo sin pensar que la muerte me alcanzaría en cualquier instante? Pronto
descubriría que no.
En
el suelo pude ver un rastro de sangre. Parecía que habían arrastrado un cuerpo
que se estaba desangrando o que ya se había desangrado. Aún más allá pensé en
una criatura sin piernas arrastrándose por si misma, por lo que volví a ponerme
en alerta.
Caminé
lentamente, siguiendo el rastro, observando las tiendas cerradas y que no
mostraban signos de haber sido abiertas ni nada. A los pocos pasos, pude ver
que el rastro de sangre se acababa junto a baranda de la plaza central del
centro comercial.
Posiblemente
lo que se estaba arrastrando se había lanzado para abajo… o lo habían lanzado.
No sabía que pensar exactamente, pero tenía que verificar si de verdad el
cuerpo se encontraba abajo, o de seguro me encontraría con una de esas
criaturas arrastrándose para buscarme.
Al
asomarme para ver hacia la plaza central, pude imaginarme como se sentían los
americanos en suelo alemán durante la segunda guerra mundial, cuando
encontraban una fosa común con cientos de cuerpos de judíos masacrados.
El
centro de la plaza en el piso inferior, era una montaña de cuerpos sin vida,
una laguna de sangre y muchos cuerpos lanzados y dejados ahí. La pudrición era
enorme, pero al ser un olor ya tan común con los muertos caminando en las
calles no caí en cuenta de lo potente que era en este lugar.
Observar
ese foso común al aire libre me hizo entender que había otras personas aquí,
que yo no era el primero en lograr entrar, y de seguro mantenían el lugar
limpio de zombies.
Me
permití relajarme por un momento, saber que podía haber otras personas con vida
dentro del centro comercial y que ellos seguro ya habían limpiado el lugar de
zombies, me dejó mas tranquilo y con la mente más liberada para pensar en el
siguiente paso.
Tendría
que subir los tres niveles hasta la feria de comida, seguro tenían barricadas y
una manera fuerte de aguantar ahí en contra del ataque de estas criaturas,
además que aquí adentro no entrarían muchas criaturas mientras aguantaran las
rejas, y no viniera un loco con un vehiculo a chocar la entrada.
Al
mirar hacia arriba, pude ver que en las escaleras mecánicas efectivamente había
barricadas con mesas y sillas de la feria. Tal vez le podría pasar por encima
una vez llegara hasta allá, puesto que los ascensores estaban apagados, al
igual que las luces de casi todo el centro comercial.
Entonces
caí en cuenta que la razón de que en la estrada estuviera tan oscuro es porque
las luces de este Centro Comercial en el frente estaban apagadas, de seguro
para mantener alejadas a las criaturas. Seguro llevaban ya los dos días aquí
protegiéndose.
Caminaba
lentamente, pensando como podían haber ingresado tantas criaturas y ser controladas
por las personas que estuvieran aquí, a menos que estuvieran muy separadas y
fuera más fácil de defenderse. Por regla general defenderse de una o dos no era
complicado, en grandes cantidades ya la cosa se ponía de difícil a imposible.
Me
pareció escuchar algo desde los pisos de arriba, de seguro eran las personas
que se estaban refugiando, voltee la mirada para intentar de verlos, pero no
podía ver nada moviéndose.
Por
un momento me pareció ver un pequeño brillo moverse, me detuve casi al instante,
no sabía porqué, pero algo me decía que las cosas no estaban bien. Algo me
decía que debía moverme, irme, que corriera, que me fuera… Era como una pequeña
voz dentro de mi cabeza.
Entonces
pude ver como una sombra se movió en los pisos superiores, y reconocí el
movimiento de una persona para apuntar un arma larga. Recuerdo que mis ojos se
abrieron, y comencé a correr al pasillo de la derecha, cuando escuché un
disparo lo único que pude pensar fue en brincar al frente.
Escuché
como el disparo pegó de una pared a mi lado, esperaba que no me hubiera pegado
a mí, aunque no me dolía nada, ya había aprendido que con la adrenalina los
golpes no duelen al momento, y había escuchado que muchas personas con disparos
en el cuerpo no lo notaban hasta pasado el rato.
Estando
en el suelo arrodillado me moví lo más rápido que pude detrás de una pared, de
donde me habían disparado. Grite que no era un zombie y que no estaba mordido,
que solo quería descansar un poco y no quería hacerles daño.
Escuche
la voz de un hombre que me decía que ellos tampoco querían a nadie más en ese
lugar, que no debería haber entrado, pero que ahora no podría salir a decirle a
nadie que viniera hasta aquí como refugio.
Mientras
lo hacía, escuché muchos pasos corriendo, que bajaban por las escaleras, sabía
que no estaba solo y que venían por mí. Seguro uno seguía apuntando a donde yo
estaba mientras uno, dos o mas venían a mi encuentro para matarme.
Decidí
ponerme en movimiento, no iba a gastar mis balas con ellos disparando a la
oscuridad, pero tampoco me quedaría a conversar mientras venían a matarme.
Pensaba como cambiaba la gente en situaciones como esta, y definitivamente no
habían cambiado, la inseguridad del país ya nos había hecho así de agresivos y
este brote fue solo un disparador de la sociedad en la que vivíamos en
realidad.
Corrí
por las escaleras que tenía mas cercanas bajando un nivel, sabía que debía
buscar salir por la otra salida del centro comercial, la salida pequeña del
bazar. De seguro también tendría rejas pero era mejor que devolverme a la otra
entrada o de empezar un juego de tiro al blanco contra las sombras.
Cuando
corría por el pasillo escuche otro disparo, mucho más cerca. Y la vidriera de
la tienda de películas que tenía a mi lado se quebró cuando la bala la perforó.
Yo no me iba a detener, ni tampoco voltee para ver quien me disparaba o cuantos
eran.
En
el camino pude ver que el enrejado estaba cerrado, como era lógico para evitar
a las criaturas meterse. Pero también recordé otra forma que podría tener para
salir de ahí sin tener que regresarme.
Escuché
la voz de alguien joven insultándome, seguí por el pasillo y le disparé a una
puerta de vidrio del lado derecho que daba a una local. Escuché como otra
persona gritaba groserías pensando que yo no estaba armado y se estaban
insultando entre ellos porque ninguno esperaba que les disparara cuando no lo
había intentado antes.
Ellos
creían que yo les había disparado a ellos, pero yo ya estaba subiendo las
escaleras de la parte de atrás del local al piso superior. Tuve que empujar una
puerta con todas mis fuerzas para poder abrirla. Fueron necesarios varios
empujones, pero los golpes les indicaron a ellos que yo ya no estaba ahí
apuntándoles y esperando que aparecieran.
Al
entrar por la puerta pude ver exactamente lo que quería ver, estaban los
asientos, los pupitres y mi salida al final de aquel salón, donde entre semanas
se impartían clases de ingles y cuya ventana inmensa permitía a las personas de
afuera ver a los estudiantes desde el Boulevard. La pizarra decía “Good Bye People, Happy Weekend”
Tomé
uno de los asientos y corrí hasta la ventana, esto sería solo 1 piso, no podía
ser tan alto. Golpee el vidrio con una de las sillas, sentí mis músculos
tensarse y temblar con el asiento mientras el vidrio se partía. Lancé la silla
sobre un zombie que estaba cerca de la reja. Sería un brinco un poco largo, no
estaba seguro de poderlo lograr por completo, pero era intentarlo o dejar que
me mataran.
Retrocedí
para tomar impulso y empecé a correr, pude ver como dos hombres entraban por la
puerta cuando le pasé por el frente, uno de ellos dijo algo como “Que diablos
va a hacer…” pero yo no me quedaría a explicarles.
Brinqué
tan lejos como pude, la adrenalina provocó que todo fuera en cámara lenta para
mí al principio. Creía que si lo lograría sin problemas, que pasaría la reja,
pero sentí como mi cuerpo caía más rápido de lo que era necesario.
Instintivamente
recogí las piernas contra mi pecho, esperaba pasar la reja y así parecía que lo
lograría. Pude sentir un tirón en mi pierna derecha, y escuché rasgarse la tela
contra la orilla de la reja donde se había atorado.
Derepente
todo cambió sumamente rápido, solo pude cubrirme y esperar el golpe, mi
pantalón se había atorado contra la reja y ahora tenía una abertura en la parte
baja del mismo que llegaba hasta mi rodilla, sentí como golpeaban mis brazos
contra la reja justo en el momento que el pantalón se soltó y terminé de caer
en el suelo.
Golpee
mi cabeza contra el pavimento porque me estaba cubriendo la cara. Y mi cuerpo
se deslizó de lado, golpeándome también las costillas y la cadera. Un fuerte
dolor de cabeza me comenzó a atacar de aquél golpe, con los brazos aún
sosteniéndome la cabeza empecé a arrastrarme a un lado por el boulevard para
alejarme de la reja.
No
podía ver bien, estaba mareado y solo rezaba por no estar arrastrándome a los
brazos de un zombie, la vista borrosa y la oscuridad, no sabía como no me había
desmayado del dolor, pero sabía que si me quedaba en la reja me dispararían.
Sentí
unas manos que me tomaron por el hombro, me tomaron con mucha fuerza, en ese
instante grité, grité como lo haría un niño al despertarse de una pesadilla y
pensar que el monstruo lo había alcanzado hasta su cama y las sabanas no lo
habían salvado…
Levanté
el arma instintivamente y disparé. Escuché los huesos romperse y un gruñido
cuando la bala atravesó la carne de donde debería de estar el rostro. En ese
momento mi vista se aclaró un poco más, y pude ver que tenía un zombie
tomándome y que no me soltaba a pesar del disparo.
El
agujero de la bala parecía haber entrado a la altura de la nariz y de seguro
salir por detrás pero no pasó por el cerebro, ni por la columna al salir. Solo
lo había lanzado hacia atrás y ese había sido el gruñido.
Cuando
acercaba de nuevo su rostro con la boca abierta para morderme, subí un poco más
el arma, el cañón quedó en la frente y disparé. La sangre me salpicó, era fría
y oscura, también se encontraba algo coagulada y viscosa. El zombie comenzó a
caer, aunque su mano no me quería soltar y caí con él a su lado sin poder
mantener el equilibrio.
En
el suelo me solté de su fuerte agarre, y rodé un poco. Ya venía un par de
zombies en mi encuentro y yo me levantaba para evitarlos y seguir mi camino.
Les grité a los del centro comercial que me habían seguido “Espero que por lo
menos aprendan ingles y mueran cultos malditos idiotas…”
Yo
iba a continuar mi camino, el aturdimiento aunque disminuía era muy fuerte y
comenzaba a pasar, muy lentamente, el dolor de cabeza era aún peor, y ahora
tenía un pantalón rasgado que no me ayudaría mucho. Pero había salido con vida
de aquel lugar…