jueves, 22 de noviembre de 2012

Capitulo 9. Las selvas del infierno. XIV Secretos de Familia


XIV
Secretos de Familia...

Ya habían pasado varias horas desde que Snake comenzara su historia en las selvas de Colombia, y cómo había tenido su primer encuentro con los zombies en aquella Black Ops. Se podía ver como las personas encargadas de la cocina comenzaban a sacar los alimentos que se servirían durante el almuerzo de aquél día.

El olor a una carne en salsa, con vegetales como cebolla, pimentón, papas y otros como la sal y la pimienta, llegaba al olfato y paladar de los presentes. Tenía además un toque dulzón que podía captarse en la nariz de quien pasara por frente al comedor.

Sin embargo la sala nunca había quedado completamente vacía… Lionheart había dejado la grabadora en la mesa, mientras en su mano tenía un cuaderno y había tomado nota personal de palabras o cosas, que le vinieron a la mente mientras dejaba a Snake contar su historia, sin interrupciones.

Los videos musicales de la sala, mostraban una vieja canción de “Jim Carrol Band”, con la canción “People Who Died”. Y la mesa, sin darse cuenta, estaba llena de restos de bocadillos que habían tomado, algunas frutas como manzanas y naranjas se asomaban encima de la misma.

Lionheart había notado todo el tiempo que había transcurrido, pero cuando los comensales comenzaban a llegar a la sala en grupos, fue aún más conciente del tiempo que había pasado. Sabía que había desayunado tarde, le había dado tiempo de ver al presidente, bañarse y luego desayunar, pero no tenía tanta hambre… O por lo menos su estomago no mostraba grandes signos de necesitar alimentar el cuerpo aún.

Snake se veía con la mirada un tanto vacía… El recordar aquel terrible día, cuando perdió a la mitad de sus hombres para salvar a cuatro científicos, que habían estado implicados en la creación del virus que llevó a la humanidad casi a la extinción, lo estaba destrozando por dentro…

-      Daría la vida de por lo menos 100 científicos como los que recatamos ese día… - Decía Snake mientras veía los restos de frutas sobre la mesa, le provocaba otra bebida, pero no había tenido fuerzas para levantarse. – Los entregaría a los muertos por la vida de cada uno de mis hombres que perdí ese día… 100 cabezas por uno solo de ellos…

Se veía un poco ido en sus pensamientos. Lionheart no sabía si sería buen momento para comenzar a intervenir, todo había fluido con normalidad durante la historia, y en ningún momento quiso cortar la narración para que no perdiera el hilo de lo que estaba contando.

-      Con uno solo de cada uno de ellos… – Continuaba vacilando en voz alta. – cada uno hubiera matado por lo menos 200 de esas cosas al día, y luego dormiríamos sobre sus cadáveres, para que otros no muertos nos confundieran y no nos comieran.

Se notaba que no le gustaba haber perdido a sus hombres, y menos de aquella manera… no le gustaba recordar aquel día… Posiblemente los demás días también hubiera tenido momentos feos, horribles y de mucha destrucción, pero aquél día marcaba un antes y un después en aquél hombre.

Snake estaba guardando un silencio por varios minutos, Lionheart quería que continuara pero no estaba seguro si ya podría intervenir… Pensaba y pensaba como intentar de ingresar de nuevo en una entrevista y no en una historia monólogo de Snake solo… y se lanzó…

-      Después de abrir las puertas y comenzar a correr… - Comenzó con la voz un poco baja. – ¿Qué pasó? ¿Qué hicieron luego? y los científicos ¿Como llegaron a Estados Unidos?

Snake levantó la mirada para observar los ojos de Lionheart. Parecía que tenían una sombra de dolor, de sentimientos encontrados, aquella mirada del recuerdo cuando pensamos en un ser querido que ya no está con nosotros y quisiéramos que volviera a estar vivo… Claro… No como zombies, sino vivos normales de nuevo, hablando y riendo junto a nosotros…

Su rostro mostraba como su mente estaba vacilando ante la pregunta, no por desconocer la respuesta, sino que, para Snake, la respuesta era sumamente obvia… Pero Lionheart no era un soldado por profesión, y nunca estuvo en una Black Ops real.

-      ¿Llegar a Estados Unidos?... – Comenzó con una voz bastante gruesa… - ¿Acaso me has escuchado algo de lo que te he contado?... Mouse rompió el secreto y mencionó a los putos zombies por radio cuando se lo devoraban…

Sus ojos se entrecerraron un poco, en una mueca de rabia y dolor, en su mente podía ver como aquellas criaturas apretaban con fuerza el estomago de Mouse, el Destripador y Burns, que estaban disparando mientras retrocedían pero esas cosas los rodeaban, los tumbaban y comenzaban a arrancarles la piel, los músculos, la carne de los huesos…

-      El gobierno nos abandonó en esa misión… - Se detuvo por un momento… solo un par de segundos, y en su rostro se observó como la confianza y el temple que tenía cuando comenzó a contar la historia regresaba, en su sonrisa diabólica… - El gobierno no… Los malditos que nos enviaron en esa misión nos abandonaron como carne de cañón.

-      ¿Quiénes, si no fue el gobierno, los abandonaron ahí según tú?

Las palabras de Lionheart sonaron casi atacantes, pero en realidad sabía por donde cambiaría esa conversación… Un ente desconocido, misterioso he invisible les había tendido una trampa a su grupo también.

-      Te puedo asegurar que no fue el gobierno quien no envió en esa misión… - Continuó Snake. – Después que nos abandonaron, algunos años después, logré obtener información de lo que sería las bases de datos del pentágono.

       El último informe de nuestra tropa seguía siendo que fuimos a aquella misión de entrenamiento a los nuevos, pero nadie sabía que había pasado con nosotros…

       Primero, cuando llegamos al punto de encuentro no había nadie, y no llegó nadie… Estuvimos ahí por un par de horas, aprovechando de descansar. Que descansaran los científicos principalmente, puesto que no estaban entrenados para ese sobreesfuerzo.

       Luego escuchamos algo acercándose al perímetro, vimos algunas aves salir volando, lo que nos alertó de inmediato, luego fueron los animales y los monos aullando como locos. Un suave viento a nuestro favor, nos trajo el olor…

       Es ese olor a muerte… Ese olor que tiene el planeta entero actualmente, no importa a donde te muevas, donde estés, ese olor a pudrición, a cuerpos descompuestos al sol, ese olor que para mi es sencillamente el olor de la parca, el olor de la muerte, nos llegó suavemente transmitido por el aire espeso de la selva.

       Los zombies nos habían seguido, mientras nosotros descansábamos, ellos continuaban… Lentos, sin apuros, pero sin cansarse o detenerse. Eran maquinas perfectas de avanzada.

Lionheart lo veía expectante… Snake volteó a ver a un muchacho que había entrado en el comedor… Era el mismo que más temprano les había traído las meriendas por órdenes del cocinero. No tuvo que decirle nada, el muchacho parecía escuchar los pensamientos de Snake y se volteó a la dispensadora.

-      Luego de eso nos pusimos de nuevo en guardia, rodilla en tierra, dispuestos de nuevo a defender nuestra posición. La ventaja era que este enemigo no tenía armas…

       Del espeso follaje de la selva salió el primero, sus ropas militares estaban ligeramente desgarradas, y se notaba que tenía varios impactos de balas en su pecho. La ropa no mostraba mucha sangre por los impactos, lo que nos decía que habían sido hechos después de muerto. Alguien se había intentado de defender de aquel desgraciado.

       Un sentimiento de rabia y furia me inundó en ese momento, pensé que podría ser una de las criaturas que se habían devorado a Mouse, a Burns o al Destripador. Le disparé en la cabeza y calló al suelo.

       Bajé el arma momentáneamente y me disponía a levantar, cuando una segunda y tercera criatura comenzaban a salir por el follaje, a uno le faltaba parte del rostro y un brazo, el otro traía arrastrando una pierna cuyo pié apuntaba por completo para atrás, cuando sus músculos habían sido destrozados.

       Los muchachos les disparaban, pero antes de que los cuerpos de esos desgraciados cayeran al suelo, ya teníamos cinco más saliendo de la selva… Observé con más detenimiento, y pude notar el grueso movimiento que venía tras ellos, a los lados, de nuestros lados… Nos estaban rodeando y no los habíamos visto sino hasta que comenzaron a salir al claro donde estábamos…

El chico se acercó a la mesa, trajo una cerveza a Snake y le dejó otra en la mesa aún sin destapar. El hombre la observó y siquiera agradeció al soldado por traerlo. Pareció sumergirse en sus propios pensamientos por un momento, tomó la cerveza, alzándola un poco en silencio como si estuviera brindando, y se la llevó a la boca para beberla…

Lionheart prefirió esperar un momento para ver si continuaría o si le tendría que ayudar con la entrevista a seguir contando las cosas que pasaron luego.

-      Pero aún podían seguir retrocediendo… - Decía Lionheart. – Sabían que los zombies venían de una dirección, y los rodeaban dando la vuelta por esa dirección, así que podían irlos matando, retroceder y matar otro grupo más…

-      El problema no sería retroceder muchacho… - Le respondía Snake con un hilo de cerveza que le había salido por la comisura del labio. Se la limpió con la parte trasera de la mano y continuó. – El problema era que retrocediendo perdíamos el único punto final de retirada que teníamos…

       Aún así tuvimos que hacerlo. Nos mantuvimos por un rato en la posición, defendiendo, derribando a los que nos estaban rodeando… Eso nos costó la vida de otro científico, en medio de su locura, se levantó y corrió directo a las filas de zombies para dejarse ser devorado. Clarke, Bruce y yo quedamos impactados por esa escena, nos vimos al rostro y volteamos a ver a los demás científicos.

       Entonces comprendimos que estaban tan mal, y los habían tratado tan mal en aquellas instalaciones, que esa parecía una salida rápida de todo lo que estaban pasando. Les hice las señas a los muchachos, las radios no respondían, Clarke y yo tomamos a los dos científicos que quedaban, mientras que Bruce mantenía fuego de cobertura momentáneamente a nuestras espaldas y avanzaba.

Snake tomó otro trago de su bebida, en el televisor cambió el video a una canción de Queen. Lionheart lo estaba dejando tranquilo, la gente entraba en el área de comensales, los observaban momentáneamente y buscaban evitarlos. Lionheart lo notaba, sentía la sensación de estar siendo observado pero nadie quería pasar ni cerca.

-      Mientras retrocedíamos… Bueno, digamos que nos fue una sorpresa encontrarnos de frente con un grupo de hombres, armados, rodilla en suelo y apuntándonos mientras corríamos por la selva.

       Sobre un vehículo en la parte trasera pude ver que se encontraba el Comandante Flores, se estaba fumando un tabaco y sonreía como siempre lo hacía mientras nos hablaba.

-      Muchachos… Me han hecho un gran favor el día de hoy y por ello tengo mucho que agradecerles. – Les decía en ingles. Y por primera vez pudimos verlo perder la sonrisa en su rostro, colocando una expresión grave y de preocupación. – Pero creo que los problemas no han terminado… Dos de mis hombres cayeron en el asalto, eso es normal perder hombres en un ataque. El problema es que se volvieron a levantar al cabo de unos segundos.

Su rostro demostraba cierta incredulidad y no sabía que estaba pasando. Aparte que no le gustaba la idea de tener que matar a sus hombres caídos.

-      Mis muchachos creen que pudo ser por los aviones con fertilizantes que sobrevolaron parte de la selva y los cultivos de drogas hace poco. – Continuaba el comandante Flores sin perder la sonrisa en ningún momento. – Al parecer no era exactamente fertilizante lo que estaban rociando y nosotros respiramos ese aire cuando nos pasaron por encima… Aparte tengo un hombre mordido y se encuentra en enfermería en este momento.

       Les sabría agradecer si les permiten a estos ciudadanos y doctores que atendieran a mis hombres a ver si los pueden salvar… Por otro lado, siento que esto ya no será más una batalla o una guerra por ideología… Me temo que esto se está convirtiendo en una pelea por la supervivencia.

El Comandante Flores los veía directo a los ojos con respeto, los hombres podían sentir porqué ese hombre era el líder, al sentir su liderazgo y sus palabras solo con su presencia…

-      Se pueden unir a nosotros si lo desean… No prometo regresarlos a su país, pero si comida, un lugar donde mantenerse a salvo y muchas batallas contra estas cosas que se levantan después de muertos nuestros familiares…

Snake se mantuvo en silencio… una chica pasó por su lado en el comedor, y este le apretó unos de sus cuartos traseros, ella se volteó, lo miró a los ojos asqueada y molesta, pero al ver quien era continuó su camino.

Lionheart pensaba que si le hubiera hecho eso a Atsuko, seguro ya tendría una bala en la frente, o por lo menos él mismo se le hubiera lanzado encima a golpearlo… Pero no era Atsuko y ahora notaba el respeto, (o será temor), que las personas de la sala le estaban demostrando a aquél hombre.

Observaba un poco el rostro de las personas que se encontraban cerca en la sala, nadie los veía con cara de buenos amigos, algo sabían las personas que no sabía Lionheart y eso no le estaba gustando.

-      A partir de ese momento, tuvimos que tomar las decisiones que nos llevaron a mantenernos con vida por más tiempo. – Continuaba Snake – pasamos a engrosar las filas de las FARC, pero solo atacábamos contra los grupos de Zombies que se estaban levantando en todas partes.

       A la mañana siguiente, nos llegó la noticia que los muertos estaban levantándose y caminando en varios lugares del mundo, America Latina, algunos brotes en Estados Unidos, México, Venezuela, Brasil, Argentina, en España se conocía de inmigrantes que estaban mostrando los síntomas de una enfermedad que nadie sabía como categorizar o de donde provenía, solamente había estallado en todas partes al mismo tiempo. Un avión calló cerca de Paris mientras la ciudad ya se encontraba bajo un fuerte ataque de personas infectadas, China cerró sus fronteras y terminó de cancelar los vuelos aéreos en apenas 48 horas después del primer brote, Japón entró en cuarentena por que allá los infectados no eran lentos, sino unos desgraciados muy rápidos, y aún así lograron mantenerse en pié.

       Corea del Sur entró en pánico, y Corea del Norte cerró sus fronteras y toda comunicación con el mundo exterior al cabo de dos semanas. Los Rusos mantuvieron informando por un mes sobre sus problemas, parecía que no tendrían muchos problemas ya que el clima frío los ayudó al igual que a Estados Unidos en el principio… Pero esos países que parecían seguros al cerrar sus fronteras, se encontraron en las peores condiciones al finalizar el invierno de aquél año.

       Los Africanos son los que más desconozco en realidad… Ese continente de por sí tenía muchos problemas… La peste se unió a la guerra civil de Grecia, los ataques contra Palestina, la guerra que se libraba a finales de año en Gaza… Todo fue un hermoso coctel mundial que nos llevó a nuestra propia aniquilación sin que nadie se diera cuenta siquiera de lo que estaba ocurriendo.

Snake destapó la otra cerveza para bebérsela, Lionheart prestaba atención a cada palabra, a cada uno de los gestos que le mostraba aquél hombre que parecía ser tan cruel y al mismo tiempo estar tan informado…

Mientras tomaba, pareció detener por un momento el líquido en su garganta, aún con la cabeza inclinada para seguir bebiendo, se podía ver la manzana de Adán en su garganta detenida.

Bajó lentamente la cerveza, su mirada cambió ligeramente, parecía un poco divertida, como si hubiera recordado un viejo y triste chiste que lo hiciera reír, y recordar mejores tiempos. La cerveza se posó sobre la mesa, se limpió la boca con la parte trasera de la mano y miró a Lionheart directamente a los ojos.

-      Me parece que se nos ha acabado el tiempo… Tu amiguita no pudo soportar más mi presencia en este lugar…

Lionheart no comprendía las palabras que decía Snake, él podía ver tranquilamente la entrada del comedor, Snake no, y no había visto entrar a nadie conocido aún como para pensar que los iban a interrumpir.

-      ¿Porqué dices eso?... no entiendo que…

No hubo necesidad de terminar la frase, en la entrada aparecía Cíclope rápidamente, su mirada y el único ojo destapado sobre todo el vendaje con el que siempre estaba se encontraba de un rojo tan intenso que era posible darse cuenta de ello aún en la distancia que se encontraba.

Snake empezó a sonreír, sabía que Lionheart había visto de nuevo a la niña y se llevó distraídamente la cerveza a la boca para terminársela en un último trago, aplastó la lata de cerveza y se escuchó en ese instante una voz femenina pero muy fuerte y con mucha rabia desde su interior.

-      DAAAVIIIIIIIID….

Ante los oídos de Lionheart le parecía que la chica había gritado “Deivid” pero no estaba seguro si era un nombre de alguien presente o si solo había escuchado mal el grito.

Snake que se encontraba frente a él se levantó, con los brazos abiertos, como cuando una persona se encuentra con un viejo amigo para darle un abrazo…

-      LORIIIIIIIII…

Gritó Snake en tono burlón y divertido, su rostro mostraba una sonrisa extraña, falsa desde cualquier punto de vista, aunque Lionheart no podía verla en aquél momento.

-      ¿Como ha estado mi sobrina favorita?...

La pregunta sacó a Lionheart de lugar… Sus ojos mostraban todo el asombro que representaba aquella revelación y aquella pregunta…

Lori comenzó a correr hacia su “tío” aunque no con una cara de alegría precisamente, en el camino se le atravesó un soldado que estaba parado a un lado, pero su bandeja estaba demasiado cerca del camino de la chica.

El brazo de ella solo se medio movió como en un movimiento de esquiva, pero la comida salió levantada de la bandeja directo al rostro del sujeto, Lorí brincó con agresividad hacia Snake quien movió los brazos tan rápido que Lionheart no pudo verlo.

Apenas si tuvo tiempo de levantarse de la mesa en el momento en que Cíclope chocaba con Snake en el aire, buscando asestarle un golpe en el rostro, su boca estaba llena de saliva y sangre que se derramaba, parecía que se había mordido los labios o la lengua…

Snake aún con su sonrisa en el rostro le tomó los brazos en el aire, sin permitirle alcanzarlo con aquél golpe y moviéndola a un lado para lanzarla sobre la mesa que estaba a su espalda.

Los comensales comenzaron a arremolinarse para observar el espectáculo, mientras otros se retiraron para solicitar ayuda al personal de guardia.

Snake se acercó un poco a Cíclope para susurrarle algo que Lionheart no había logrado comprender, ella intentó de morderle la oreja.

Su rostro se alejó rápidamente, pero no fue capaz de esquivar la patada que le había lanzado al estómago.

Las manos de Snake soltaron los brazos de Cíclope y su cuerpo salió volando hacia atrás, unos dos metros de donde se encontraba Cíclope aún sobre la mesa, su mirada de furia y rabia descontrolada era lo que más resaltaba, y un extraño tintineo de las luces de la habitación le hizo pensar a Lionheart que estaban a punto de sufrir una caída eléctrica.

Cíclope se levantó derribando la mesa sobre la que estaba, la grabadora salió rodando por la sala. Ella comenzó a gritarle, al parecer lo hizo en Italiano o un idioma parecido ya que no logró comprender todo lo que le había dicho, Snake se levantaba alegremente y sonriendo todo el tiempo.

Cuatro soldados se acercaron a Cíclope para intentar de tomarla y que no siguiera atacando a su tío, sin embargo a ellos no tuvo ni que golpearlos… Con solo mover los brazos con fuerza cuando la tomaban con sus manos, se los quitó de encima como insectos y salieron volando por el comedor contra otras mesas y uno contra una pared.

Las personas empezaron a hacer más espacio y nadie quería acercársele en ese momento…

-      Por favor amigos… - Decía Snake sonriendo y en un tono alegre… - Esto es solo una disputa familiar, algo que teníamos que arreglar desde hace tiempo. No se preocupen… - Sus ojos se medio cerraron y parecieron dar un toque alegre a sus palabras. Disfrutaba lo que estaba ocurriendo – No nos lastimaremos…

Inmediatamente cargó contra Lori, Lionheart se apartó un poco más. Se sentía que estaba en medio de una pelea de alguna película del cine, las patadas y los golpes volaban por el aire, se escuchaba el choque de los músculos, aunque ninguno lograba darle un golpe certero al otro.

Atsuko llegó por el pasillo en aquél momento, no pudo ver que estaba ocurriendo exactamente en ese momento, pero sabía que Cíclope estaría ahí cuando observó a Lionheart en un lateral entre las personas.

Se empezó a abrir un poco el paso entre los hombres y mujeres que veían la pelea, y cuando los pudo ver, observó que Cíclope había atrapado a Snake con sus piernas por la cintura, he intentaba de darle fuertes golpes en el rostro, mientras este los esquivaba a medias con un brazo, mientras con la otra mano buscaba separarla de sobre su cuerpo que le aprisionaba.

-      CÍCLOPE DETENTE… NO LO HAGAS…

Gritó Atsuko, por un segundo, quizás dos máximo Cíclope dudó en dar el siguiente golpe, segundos que aprovechó Snake, y con su mano que estaba buscando separarla le asestó un gancho desde abajo a la mandíbula de la niña.

Se escuchó como si le hubiera roto los huesos de la mandíbula, mientras el cuerpo de la niña se separaba en el aire y caía al suelo soltando la cintura de Snake.

-      Por favor… - Decía Snake, de manera que parecía que se estaba divirtiendo, aunque no podía esconder el cansancio – No me distraigan a mi sobrina… Solo estábamos jugando, y ahora le pegué sin querer…

Comenzó a tomar aire con un poco mas de amplitud, llenando los pulmones mientras se secaba un poco el sudor y mantenía sus manos sobre sus rodillas.

Atsuko se acercó a Cíclope, que se encontraba en el suelo, boca arriba con los ojos cerrados. Lionheart observaba la escena, el se dio cuenta como la voz de mando de Atsuko había hecho dudar a Cíclope, la había reconocido en medio de toda aquella furia.

Buscaba su grabadora por el suelo, y la encontró en una esquina, había sido pateada por los presentes sin que estos la recogieran. Se comenzó a acercar a buscarlo…

Cíclope abrió los ojos… Todo el ojo estaba bañado en sangre, se veía completamente rojo, aún mostraban la rabia de hace un momento, y cuando vio a Atsuko pareció lanzarse a intentar de morderla.

Atsuko apenas tuvo tiempo de colocarle un brazo en el cuello para detenerla y que no la mordiera, Lionheart observó el movimiento, se le vino a la mente un viejo recuerdo de un Zombie levantándose de la misma manera y mordiendo a otra persona en ese instante.

Atsuko mantuvo a raya por unos segundos más a Cíclope, y Snake ya se acercaba por detrás dispuesto a matarla si era necesario, se le veía en la cara y el rostro. Atsuko comenzó a susurrarle a Cíclope…

-      Vamos mi niña… Se que sigues ahí dentro… Pelea por la vida y no te dejes vencer… No ahora…

Nadie podía escuchar sus palabras, unos soldados entraron al comedor abriendo paso con sus armas cargadas, dispuestos ya a detener lo que estuviera ocurriendo en ese momento…

La respiración de Cíclope comenzó a relajarse, poco a poco dejó de intentar de morder a Atsuko, quien la miraba directo a los ojos que comenzaban a perder el color rojo. Su iris normal comenzaba a verse.

Snake alzó un brazo para detener a los soldados que acababan de llegar… Cíclope se acercó al oído de Atsuko, le susurró algo y luego se desmayó en el momento…

Los soldados comenzaron a apartar a los demás, pidiendo que se retiraran, que ya todo había terminado. Snake volteó a ver a Lionheart con una sonrisa, ya repuesto del cansancio de la pelea…

-      Nos vemos pronto chaval… Tengo cosas más importantes que hacer.

Comenzó a retirarse, Atsuko abrazó con más fuerza a Cíclope y comenzó a llorar encima de ella… Lionheart que aún estaba un poco sorprendido ante lo ocurrido, retrocedió la grabación para verificar que la cinta aún se encontrara bien y que no se hubiera estropeado las horas que había pasado en ese lugar…

Los soldados comenzaban a recoger y arreglar de nuevo el comedor, dos de ellos se encontraban de pie al lado de Atsuko esperando que les permitiera llevarse a Cíclope.

Lionheart empezó a reproducir la cinta, estaba en la parte final cuando había llegado Cíclope y habían comenzado a discutir… Se escuchó el golpe de Cíclope sobre la mesa, cuando Snake la sujetó y le susurró al oído, y ahora si pudo escuchar sus palabras…

-      Aún me duele tu mordida sobrina… ¿Has hablado con tus padres últimamente pequeña?...

jueves, 15 de noviembre de 2012

Capitulo 9, "Las Selvas del Infierno", XIII Abriendo las Puertas del Infierno


XIII
Abriendo las Puertas del Infierno...

Me levanté lentamente, observando como la inocencia de una sonrisa puede provocar un cambio tan fuerte aún dentro de una persona que “se hace el duro” como me pasaba a mí… Desde esa época pude comenzar a apreciar aún más la vida de los seres humanos, pensé que si salía de todo aquello y lograba detener el desastre, buscaría sentar cabeza con alguna pareja y buscar tener una familia.

Le entregue el bebé en brazos a la señora, y le hice señas para que se fuera. Tal vez no fueran familia, pero era una mujer y su instinto de madre salió a relucir de inmediato. No se exactamente que fue de aquel bebé. Pero espero que lograra sobrevivir a todo el caos de los siguientes meses.

Yo recobraba la confianza y el temple para poder continuar con la misión que tenía encomendada. Organicé de nuevo a mis hombres para ingresar dentro del edificio donde se suponía que tenían a los científicos, mientras los soldados de las FARC continuaban retirando a las personas del lugar.

Era una cantidad impresionante de gente que tenían cautiva. Pero los que nosotros necesitábamos sacar de aquél lugar no se encontraban en ese grupo. Estábamos más cerca de culminar la misión y al mismo tiempo cada segundo nos ponía más lejos de alcanzarlo.

Nos posicionamos a los lados de las puertas, ahora si íbamos tras personas entrenadas, con rehenes, armados y concientes… Para eso si estábamos entrenados y éramos los mejores en nuestro trabajo.

Cuando todo había empezado, íbamos a entrenar a unos novatos en el trabajo de reconocimiento, eso no habíamos podido hacerlo completamente con esta base, pero igual estábamos entrenados para situaciones de rehenes.

No conocíamos como estaba organizado el edificio ni cuantos científicos exactamente quedaban aún con vida, aún menos cuantos eran los captores… Pero… ¿Cuál era el problema? Para nosotros ninguno.

Por eso éramos y somos Rangers. Vivimos para llegar más lejos y a donde más nadie es capaz de alcanzar las metas mas locas he imposibles.

Apenas estábamos listos para empezar con la entrada y una primera ráfaga de fuego salió contra nosotros, ninguno salió herido, y devolvimos el fuego, los sudafricanos si hablaban el ingles, nos insultaban, nos decían que si no nos retirábamos matarían a los científicos.

Son situaciones que suelen presentarse. Les pedí a los muchachos que nos retiráramos un poco de la entrada y le permití a Burns lanzar una granada en el pasillo de entrada que habíamos visto, que la granada quedara cerca de la entrada.

No teníamos bombas aturdidoras, pero si la granada lograba sorprenderlos rodando suavemente, sin que la vieran por resguardarse de una ráfaga de fuego, podría ayudarnos a aturdirlos.

Bruce lanzó una ráfaga de fuego al interior, apuntando bastante alto, si estaba algún civil estaría agachado, y en todo caso solo necesitaba crear una distracción temporal para que Burns hiciera rodar la granada al interior suavemente.

Nos separamos de la puerta de entrada, escuchamos una ráfaga de fuego disparando hacia la entrada y seguidamente la granada había estallado. El sonido retumbo en el interior del edificio, escuchamos los bombillos estallando…

Pero el sonido de esos bastardos gritando, sea por el susto, el dolor o el aturdimiento que estaban sufriendo en ese momento, fue casi como música a nuestros oídos en ese momento. Claro, seguro la detonación también le había pegado a alguno de los científicos, pero esperaba que ninguno saliera herido como tal.

Ingresamos rápidamente cuando aún el humo de la detonación, el polvo y la tierra levantada se encontraba en el aire. Bruce derribó a un sudafricano que se cubría contra la pared de la derecha, Burns a uno que estaba contra la esquina de la izquierda lanzado en el suelo con las manos en sus oídos.

Avanzamos un poco más, Mouse y Clarke estaban en la entrada cuidando que no nos rodearan he ingresara ningún otro sudafricano o colombiano que quedara en la base o en las torres y no viéramos.

Mouse no sería de mucha ayuda, pero tampoco lo podía tener en mi espalda pegado, mientras nosotros ingresábamos en pareja. Siempre con uno cubriendo la espalda del otro y ambos grupos verificando su lado.

Yo me encontraba detrás de Bruce, mientras que Burns y el Destripador estaban a nuestro lado. Continuamos andando por los pasillos. Recuerdo que estábamos gritando ordenes mientras ingresábamos por los pasillos del edificio, “Ríndanse y permanezcan en el suelo, todo el que sea visto en pié será considerado enemigo y será derribado…”

En un momento Bruce que se encontraba delante de mí recibió un golpe de la culata de una M16 en la cara, el sujeto salió de la puerta de la derecha que nos disponíamos a revisar. No le dio tiempo de reaccionar, pero durante los pocos segundos que le tomó volver a tomar el control de la automática y buscar apuntar a quien había golpeado, yo ya lo tenía en la mira.

Casi podría jurar que pude ver la bala salir de mi arma, lentamente, tras la estela de humo de la pólvora al quemarse, alcanzar la frente negra de aquél sujeto y comenzar a penetrarla, las gotas de sangre salpicando el aire, el movimiento suave pero rápido de su cabeza hacia atrás al recibir el golpe que lo estaba matando y su mirada desapareciendo en la penumbra de la muerte mientras la bala atravesaba su cabeza y salía por la parte trasera de la misma.

Su cuerpo caía al mismo ritmo que sus manos soltaban el arma, perdiendo la fuerza y la estabilidad con la que se mantenía en pie.

Le tendí la mano a Bruce que me la tomó y lo jalé para que se pusiera detrás mío. Mientras se recuperaba debíamos seguir avanzando, cada segundo y cada minuto contaba por completo. Los Colombianos ya posiblemente se encontraban encima nuestro, o buscando cazar a los campesinos que se habían escapado de la prisión.

Cruzamos en un pasillo que se encontraba más adelante, Burns y el Destripador se habían adelantado ligeramente para revisar una puerta de su lado del pasillo. Cuando la abrían se escuchó un disparo.

Pude ver como Burns caía hacia atrás y unas gotas de sangre salían de su espalda al aire. Todo ocurrió sumamente rápido, después tuve que analizarlo con más detenimiento y con la mente fría para comprender lo que había ocurrido.

Esto porque fue un movimiento sumamente rápido y con el que nunca había visto al Descuartizador atacar a nadie, había cortado la mano que había disparado, matado al sujeto que era dueño de aquella mano y ya se encontraba en el suelo atendiendo a Burns, todo antes de que siquiera los alcanzáramos y eso que estábamos a escasos 2 o 3 pasos.

Mucho más tarde cuando el me explicó lo que había pasado, pude comprender lo que mi mente no quería aceptar. El Descuartizador había visto ligeramente la mano saliendo por el marco de la puerta, lo que le dio tiempo de unos microsegundos de mover a Burns, con eso el disparo no le alcanzó en el corazón sino en el hombro.

Inmediatamente con la otra mano sacó su cuchillo de la funda que tenía a un lado en la cintura, a él le encantaba tenerlo sumamente afilado y en ese momento le fue perfecto. Con un movimiento rápido del cuchillo había cortado los músculos, la carne y la piel que sujetaba la mano en donde se encontraban los tendones.

Aquel efecto de la mano buscar caer y no hacerlo por la carne restante, pero no tener músculos ni tendones que lo mueva es lo que me había dado la sensación de que le había cortado el brazo.

En el mismo movimiento, dando un paso al frente para poder ver al atacante a la cara, nos contó que su rostro era de dolor puro, yo no pude verla para intentar de sentirme mejor, con el mismo cuchillo le hizo un corte en la zona abdominal, lo que provocó que el sujeto usara su otra mano para intentar de mantener sus intestinos dentro de su cuerpo.

Ahí el Descuartizador había demostrado su gran habilidad con los cuchillos y los instrumentos que podían ser cortantes. Cuando nosotros lo alcanzamos a los dos pasos ya estaba arrodillado al lado de Burns quitándole parte de la camisa para verificar donde estaba la herida.

Nosotros solo vimos al sujeto arrodillado, llorando y gritando, parecía un japonés acabando de practicarse un Sempuku fallido, o como se diga ese acto de los viejos samuráis que cuando cometían un acto deshonroso ellos mismos tomaban un cuchillo ceremonial y se cortaban en la altura del  estómago para luego subir al corazón.

Ese acto llegué a verlo varias veces en el futuro, y aunque me parecía una mala manera de morir, los japoneses y su honor son completamente respetables. Claro, cuando yo lo llegué a ver en los años siguientes, después de aquél acto, algún compañero procedía a cortarle la cabeza, ya que el acto de deshonor en ese momento era el haber sido mordido por una de esas criaturas.

Aún así los japoneses cuando lo practicaban no podían llorar o mostrar signos de dolor en el rostro… Pero esos son detalles que tal vez te cuente en el futuro, o quien sabe si tu mismo serás capaz de presenciarlo cuando te manden a Japón.

Por ahora te puedo decir, que en ese momento me pareció una manera excelente de morir de aquél sudafricano después de dispararle a uno de mis hombres. Le iba a disparar a la cabeza para acabar con su vida, pero el Descuartizador me dijo que lo dejara tranquilo… “Déjalo que sufra los minutos que le quedan de vida… Es lo menos que puedo hacerle después de dispararle a Burns”

Comprendí que aquél hombre ya no sería más una amenaza para el equipo. Bruce vigilaba la parte delantera del pasillo por el que avanzábamos, yo me agaché al lado del Descuartizador para verificar como estaba Burns.

-      Tranquilo Sargento – Me decía con completa calma – La bala entró y salió por su hombro. Lo vendo, le aplico un poco de morfina y podremos continuar avanzando, usted camine y adelante poco a poco con Bruce, lo alcanzo en un par de minutos a lo sumo.

Eso me dejó mas tranquilo… Si no se le infectaba no había peligro de que le pasara algo peor. Le hice la seña a Bruce y continuamos por el pasillo.

Hasta ahora solo nos habían salido sudafricanos en aquel edificio, creo que habíamos matado ya a unos 6 de ellos, no sabíamos cuantos más faltaban.

Avanzamos un par de pasillos más, las puertas que estábamos abriendo nos mostraban que no estábamos en un laboratorio tan especializado como la base anterior. Pudimos ver un comedor y varias oficinas.

Finalmente llegamos a una puerta doble que decía “ENFERMERIA”. Después supe lo que significaba, pero ese era el lugar donde tenían a nuestros hombres.

Cuando intentamos de mover la primera puerta, recibimos una fuerte ráfaga de disparos desde el otro lado, había por lo menos 4 o más personas del otro lado apuntando y disparando a la puerta donde nos encontrábamos.

Los hombres estaban intentando de negociar, nos confirmaron que tenían a los científicos con ellos ahí adentro, pero si no nos retirábamos ellos los mataban, puesto que no los iban a entregar.

Los Estados Unidos no negocian con terroristas, y tampoco lo iban a hacer los Rangers. Sin embargo cada vez que siquiera medio se movía algo por la puerta donde nos encontrábamos una nueva ráfaga de fuego salía hacia la puerta.

Lo único que pudimos lograr fue abrir la puerta para podernos escuchar mejor. Aún mientras “conversábamos”, ellos disparaban un par de balas a donde estábamos, seguramente para presionarnos y para que no nos atreviéramos a salir.

En ese momento llegó el Descuartizador con Burns. El rostro de Burns solo mostraba molestia, el vendaje parecía muy bueno y no se estaba bañando con sangre, intentamos de asomar el espejo para poder ver al interior de la “ENFERMERIA” donde tenían a los hombres que habíamos ido a buscar…

Lo único que alcanzamos a saber es que no eran solo 4 hombres quienes nos disparaban, perdimos el espejo, y no aceptaban la rendición de nadie. Solo nuestra retirada.

Las cosas se estaban complicando a cada segundo. Estaba buscando una manera en la que pudiéramos lanzar una granada o algo, pero no teníamos granadas STUN que son las aturdidoras.

Intentar lo mismo que hicimos al ingresar al edificio podía lastimar a los científicos, y esos hombres se veían que si no podían salirse con la suya, no les temblaría la mano para asesinar a los nuestros.

Cuando comenzaba a sentirme con las manos atadas y sin poder hacer nada, escuché un fuerte golpe dentro de la sala. Los sudafricanos se escucharon sorprendidos, y una balacera se formó en el interior.

Sabíamos que no estaban disparando en nuestra dirección, ya que el grueso de los disparos no estaba viniendo a nosotros, pero aún así salían balas por lo que no podíamos asomarnos… Se escucharon gritos de las personas en el interior.

No sabía si estaban matando a los científicos o entre ellos mismos, no comprendía que estaba pasando, mi mente me decía que me quedara quieto para no recibir un disparo, pero mi instinto militar quería salir a ver que estaba ocurriendo y que no estuvieran asesinando a mis científicos.

Al cabo de un minuto, los disparos cesaron, se escuchaban los quejidos en el interior de la sala, un hombre estaba pidiendo auxilio en ingles, otros en español, y otros en un idioma que no supe identificar.

Alcé la voz y no escuché respuesta del “líder” que estaba “negociando” conmigo en ese momento, solo escuchaba los quejidos, sentía el olor a pólvora, a muerte, a sangre y a quemado…

Me atreví a asomarme por un segundo rápido, y no llegué a ver a nadie de pie detrás de la puerta. Una gran cantidad de pólvora flotaba en el aire ascendiendo al techo, donde incluso las luces habían recibido disparos de lo que fuera que había ocurrido en el interior.

Uno de los científicos salió corriendo por la puerta donde estábamos nosotros, casi le disparamos en ese mismo momento. Lo único que nos detuvo fue ver la bata blanca, muy sucia y manchada, y que su piel no era de color.

El Descuartizador lo tomó y lo bajó para protegerlo, el hombre gritaba con desesperación, estaba en shock. Comprendimos que si él había salido sin que le dispararan algo había pasado adentro.

Me levanté lentamente y comencé a entrar en el recinto, Bruce a mi lado, Burns cuidaba desde la puerta con su hombro vendado y el Descuartizador verificaba el estado del hombre que había tomado a la carrera.

Encontré a los sudafricanos tumbados en el suelo, habían recibido una gran cantidad de disparos. Junto a ellos en el centro se encontraban dos científicos americanos muertos, y otros dos se encontraban muertos de miedo agachados y tirados debajo de unos escritorios.

Bruce ingresó un poco más, todo el tiempo estábamos agachados para evitar que saliera algún desgraciado y nos disparara. Luego el terminó de poner rodilla en tierra y me llamó mientras yo intentaba de hablar con los científicos.

Pude ver a uno de los sudafricanos moviéndose y arrastrándose cuando me dirigía a donde estaba Bruce, saqué mi pistola y le disparé en la cabeza. No dejaría ni la oportunidad de convertirse en una de aquellas criaturas zombies.

Cuando llegué hasta donde estaba Bruce en la parte de atrás pude comprender lo que había pasado…

Una puerta metálica se encontraba cerrada de nuevo, pero la gran cantidad de balas que se veían reflejadas con los agujeros mostraban que fue donde se recibió el grueso de los sudafricanos. En el suelo se encontraban 3 soldados colombianos muertos, y Bruce estaba al lado de otro dándole la mano, mientras se encontraba medio recostado contra la pared, su arma en su regazo, y un hilo de sangre corriendo por la comisura de su boca.

Al agacharme pude notar que era el cabo Monser. Después que los campesinos habían salido a la selva había regresado con tres de los hombres he ingresaron por la puerta norte del complejo para buscar ayudarnos.

Lo que ninguno sabía es que esa era la habitación donde estarían resguardados los sudafricanos. En ese momento me dijo que quería ayudarnos a rodear a los soldados que quedaran y rescatar a los científicos, ya que los habíamos ayudado a salvar a su gente era lo menos que podía hacer.

Le tomé la mano después que se la soltó a Bruce, tenía toda la zona abdominal destrozada, cuando llamé al Descuartizador me dijo que no… Que no consideraba que quedara mucho tiempo, que tomara su arma y le dejara solo una pistola para matar a todos los que pudiera y entraran ahí si aún se mantenía con vida.

Dijo que no había visto a los soldados, en ningún momento, usar el garaje, pero que seguramente ahí adentro tendrían algún vehículo que nos pudiera servir. Los hombres que rescataron se encargaron de llevarse a los campesinos al norte, ya que los del ejército colombiano posiblemente vendrían por el sur.

Eso fue música para mis oídos porque nuestra salida y retirada estaba al norte de la otra base. El descuartizador continuaba verificando a los científicos que habíamos rescatado, solo eran tres, pero era mejor que ninguno y fallar por completo la misión.

Le grité a Mouse y Clarke para que informaran la situación, aunque no escuchaba disparos. Al cabo de un minuto o menos, Clarke apareció por el pasillo ayudando a caminar a un moribundo Mouse… No creía que lo dejaran salir de aquél lugar con vida…

Nos preparamos a salir por la puerta norte donde habían ingresado los colombianos, verificamos y en las torres no había nadie que nos hiciera frente. El terreno parecía despejado.

El edificio del garaje estaba a nuestra izquierda, vimos un portón del lado noreste del edificio, pero se veía que estaba cerrada con un gran candado y parecía sellada…

Me acerqué a los científicos, intenté de conversar con ellos, conocer que tanto mal habían causado, si existía una cura o algo que pudiera ayudarnos… Estaban en estado de shock, parecían que habían pasado algo de hambre y se veían un poco golpeados. No decían palabras comprensibles en el momento…

“El infierno ya nos alcanzó”… “Por el valle de la muerte caminaré y los muertos se levantaran a devorarnos sin un Dios que nos salve”… “No existe lugar del mundo donde salvarnos”…

Eran las únicas frases que salían de sus bocas. El Descuartizador me dijo que no podrían conversar en aquél momento, no se encontraban en buen estado mental y necesitaban descansar puesto que habían sido doblegados mentalmente.

Para mí eran simples sacos de mercancía con patas. Me acerqué con los hombres a la esquina oeste del edificio, teníamos de nuevo la puerta principal al sur de nosotros, y un gran portón de garaje en la cara sur del edificio, que solo estaba mantenido con un candado.

Nos acercamos lo más rápido que podíamos, le pedí a Mouse que se comunicara con base, informara la situación y les avisara que nos dirigiríamos al punto de extracción con 3 científicos, pero que nos encontrábamos más lejos en una base hacia el este.

En ese momento comenzaron a salir colombianos desde el sur de la selva a dispararnos, Los científicos se resguardaron de nuevo detrás del edificio donde los habíamos sacado, Mouse estaba pegado a Burns y al Descuartizador en el portón del garaje. Y Bruce, Clarke y yo nos plantamos al suelo a disparar contra los que venían contra nosotros.

Los colombianos no se acercaban demasiado, se quedaban tras la espesa selva, gritaban algo y no estaban disparando, mientras nosotros le disparábamos a cualquier cosa que se moviera en el follaje.

Escuche a Mouse a la radio informando… Le daba nuestra ubicación a la base, preguntaba si el punto de extracción seguiría en el mismo lugar o lo moverían a un punto más cercano…

En ese momento escuché como el Descuartizador y Burns terminaban de picar el candado, y pude ver el movimiento de los colombianos retirándose tras nuestras ráfagas de fuego de cobertura…

Debo admitir que en ese momento yo cometí tres errores…

Primero, dejar de Mouse informara a la base nuestra situación y se mantuviera en radio mientras continuábamos defendiéndonos. Segundo pensar que los colombianos se retiraban ante nuestro fuego de cobertura, cuando ellos eran un número mayor que nosotros y tenían la ventaja de la cobertura selvática. Y por último, no pensar con más claridad porqué reforzarían tanto la puerta principal de aquél edificio de garaje, dejando el frente tan sencillo de apertura con un único candado.

Escuché a mi espalda como levantaban la puerta corrediza del garaje, puse rodilla en suelo y escuché el grito de dolor y terror de mis hombres, antes de voltearme la pudrición y el olor a muerte me abrumó enormemente, casi provocando que me fuera en vómito.

Mouse comenzó a pegar gritos como loco en la radio, los recuerdo claramente…

-      Necesitamos retirada urgente, auxilio, auxilio, los muertos nos superan, los zombies nos superan, necesitamos ayuda urgentemente…

Eso fue nuestra perdición…

Desde mi posición pude observar como una horda de zombies como no había visto en todo el día, se habían abalanzado sobre mis tres hombres. El Descuartizador y Burns dispararon como pudieron, aún así les cayeron encima, era una multitud de esas criaturas.

Mouse apenas logró durar con vida lo suficiente para decir las palabras anteriores por la radio y jodernos a los demás. Los científicos comenzaron a correr hacia la entrada del complejo, mientras Bruce, Clarke y yo comenzamos a retroceder mientras disparábamos a la multitud.

En un momento pudimos ver como la mano de Burns había caído por un pequeño espacio entre los zombies que lo devoraban en el suelo, soltando una granada a su lado. Los tres comenzamos a correr a la salida del complejo.

La explosión salió con fuerza a nuestra espalda, y segundos después nos estaba lloviendo partes humanas, brazos, dedos en pudrición, piernas o pies y sangre… mucha sangre nos estaba bañando.

Nos volteamos de nuevo para continuar con el fuego de cobertura mientras continuábamos retrocediendo, pero por cada zombie que lográbamos darle en la cabeza, otros 3 tomaban su puesto.

Fácilmente podría decir que había quinientos zombies o más dentro de aquél garaje… Los malditos sudafricanos estaban preparando un pequeño ejército.

Entre los cuerpos que nos perseguían con mediana lentitud, pero con insistencia tenían ropas de campesinos civiles, y unos pocos eran con uniformes de soldados.

Pude ver incluso en varios de ellos, como los gusanos caían de las cuencas de sus ojos donde estaban vacíos, algunos les faltaban brazos, piernas, o llevaban arrastrando los intestinos mientras continuaban, inmutablemente, caminando hacia nosotros…

Les ordené a Clarke y Bruce que corriéramos, nos separamos unos cinco metros a cada lado para cubrir más terreno y tendríamos que conseguir a los científicos. Aunque teníamos potencia de fuego la cantidad era demasiado abrumadora para solamente nosotros tres, y el rescate de los científicos seguía en pie…

Aún no sabía que las comunicaciones desde la base se habían cortado… Nos habían abandonado en la selva una vez se había roto la seguridad y los parámetros de la misión… Al ser una Black Ops, la simple mención de los Zombies, o que hubiéramos mencionado cualquier detalle de la operación de los Comandos Muertos, nos habían abandonado, nunca existimos, era casi como si hubiéramos muerto.

Cuando logramos alcanzar y tomar a los científicos, podíamos ver en el cielo las aves volando como si estuvieran huyendo al sur por el invierno, a pesar que ya estábamos en el sur. En un momento, incluso, me pareció ver un felino que nos pasó corriendo por nuestro lado, en dirección contraria al complejo de donde veníamos, escapando de lo que nos estaba persiguiendo.

Corregimos el rumbo hacia el este para después subir al norte, y buscar comunicarnos con la base al llegar al punto de extracción. No quería detenernos, pero por la selva y con los científicos que estaban aún en estado catatónico tuvimos que hacerlo varias veces…

Ellos no sabían que el virus ya había sido usado, solo sabían que los habían tenido creando mucho virus, solo cuando alcanzaban cierta cantidad les daban de comer, y cuando el proceso fallaba o no alcanzaban la meta de la cantidad cada hora los golpeaban y torturaban la siguiente hora… Pero no sabían que ya habían usado el virus.

Seguramente los prisioneros tampoco, puesto que el cabo Monser nos había informado para que nos fuéramos con algún vehículo de ese edificio. Aunque si había informado que no había visto ninguno ingresando debía de haber alguno.

Ese día perdí a tres de mis hombres… Y apenas serían los tres primeros en toda la destrucción que cayó en el mundo los meses y años siguientes…

jueves, 8 de noviembre de 2012

Capitulo 9 "Las selvas del infierno", XII Bajas de Guerra


XII
Bajas de Guerra...

Estuvimos rodando un rato por el medio de la jungla. Esos caminos eran muy escabrosos, si es que en realidad se le puede llamar caminos a esos parajes por donde pasábamos, por lo que nos la pasamos dando brincos en nuestros asientos durante todo el camino.

Luego de un par de horas, el vehículo se detuvo y todo el grupo que venían con nosotros se detuvo también. El comandante Flores se bajó, y empezó a impartir órdenes, nos estaban dejando nuestras armas, y le ordenó a uno de sus hombres que nos entregara una PSG-1 con un silenciador especial…

Mientras esperábamos el arma le trajeron un mapa que colocó sobre le capó del vehículo, parecía como intentando de descifrar un poco el mapa, pero para mí era casi todo selva y no veía nada diferente o que señalara bases o asentamientos. Por lo menos no en el dibujo, puesto que estaban marcadas con círculos ciertas áreas donde decía “BASE” y algunas ya se encontraban marcadas con una X roja grande.

Por la ubicación en la que le informaban que nos encontrábamos, el tiempo de viaje y conociendo que habíamos estado viajando hacia el este (alejándonos del punto de retirada en cuanto consiguiéramos a los científicos), podía ver también el circulo que marcaba la base donde habíamos estado ya marcada con una X también.

Después de una corta discusión con sus hombres se volvió de nuevo hacia nosotros con su ingles perfecto y el ligero acento que no lograba terminar de reconocer.

-      Los prisioneros son retenidos en una prisión a ochocientos metros al norte de aquí. – Nos decía el comandante Flores mientras movía el dedo en la dirección al circulo que se suponía teníamos mas cerca. – Allí hay cerca de un centenar de soldados colombianos según nuestra avanzada y nuestros espías.

Quitó el dedo del mapa y volteó a vernos a la cara a cada uno como buscando muestras de preocupaciones. No creo que notara tal cosa en mis hombres, pero ese ser seguía sin dejar de sonreír sin importar la situación en la que nos encontrábamos.

-      Pero no se preocupen muchachos, mis hombres y yo crearemos una pequeña distracción al estilo FARC. – Volvía a sonreír mientras decía la frase, al parecer le parecía muy divertido todo lo que iba a suceder a continuación.

       Deberían de tomar posición por esta zona, en el Sureste de la base donde la colina les otorgará un poco de ventaja visual – En ese momento llegó un muchacho joven, con dos rifles PSG-1 y un cargador para cada uno de ellos – Estos bebes los ayudaran en un principio, pero aparte de lo que ya cargaban cuando llegamos, que no es poco a decir verdad, no les puedo entregar más armamento.

Se divertía, y parecía conocer la base mejor de lo que nos decía… Sin embargo al no tener forma de saber si los científicos se encontraban en esa base, él era nuestra mejor pista. Burns y Bruce cogieron los rifles, Mouse había recibido algo de atención médica, unos antibióticos y unos poli-vitamínicos…

Se le veía muy delicado, pálido y hasta parecía estar mucho más débil y siempre sudando. Sin embargo continuaba diciendo que no se sentía mal, que de alguna extraña manera se sentía más fuerte y con más ganas de atacar y despedazar a esos sudafricanos.

Yo por mi parte me sentía aún con algo de malestar de la fiebre, pero mantenía mi mente alerta, sabía que no había culminado la misión y por consiguiente no podía dejar nada al azar. La herida ya no me estaba sangrando, y había dejado un poco de supurar pus.

-      Una vez que nosotros comencemos con la distracción – Continuó el comandante Flores – los colombianos saldrán a darnos cacería y nosotros nos lo llevaremos a darle un paseo por las selvas. Cuando eso ocurra ustedes deben ponerse en marcha, Confío en que saben lo que están haciendo, después de todo son Rangers…

Nuevamente salió con que sabía que éramos Rangers… Yo seguía sin confirmarlo ni negarlo, y mis hombres al igual.

-      Vamos… Que no tienen razón para negármelo u ocultármelo… - Decía con su insoportable sonrisa diabólica – Por supuesto que reconozco a los Rangers cuando los veo… Yo también estudié en su Escuela en América, y tengo muchos amigos allí.

Eso nos explicaba de donde había obtenido el dominio del idioma, y nos dejaba en una posición un tanto incómoda, aquél hombre sabía mucho más de lo que aparentaba, y había estado jugando con nosotros haciéndose pasar por un simple guerrillero aún teniendo un buen entrenamiento con los Rangers.

En ese momento, por primera vez, tomó un tono de voz más serio con nosotros, no perdió un leve movimiento de los labios con su sonrisa, pero si se notó el tono de voz en la preocupación… Solo dijo una única frase “Buena Suerte”.

Después de aquello, nos otorgó un saludo militar, se dio la vuelta y comenzó a dar órdenes en español. Sus hombres comenzaron a moverse rápidamente, pude ver como encendían los vehículos y varios de ellos tomaron posiciones diferentes, a nosotros nos dejarían por nuestra cuenta.

Comenzamos a caminar por la selva con el equipo, nos movíamos un poco más lento, Mouse parecía temblar un poco, pero sus energías en verdad parecían no desvanecerse.

Mientras nos movíamos por la jungla, en esta oportunidad si notamos el sonido de los animales, después de un silencio sepulcral como el que existía en los alrededores de la otra base, que solo fue roto por nuestros disparos y la música de los carros cuando salimos de ahí, era una combinación entre la belleza de la vida y los horrores de lo que teníamos en nuestros alrededores.

Podíamos escuchar claramente a un felino de gran tamaño rugir en la cercanía, como marcando territorio, mientras las aves y los monos, o chimpancés o como se les diga, saltaban entre las ramas y nos dejaban caer algunas frutas.

Aunque la vegetación era espesa, pudimos movernos con cierta comodidad, ya faltando pocos metros para el final de la colina que nos habían señalado, según nuestros cálculos, comenzamos a movernos con más cuidado, verificando que no nos topáramos con una patrulla.

En unos minutos comenzamos a ver un pequeño claro donde estaba la base, dejamos parte del equipo a un lado y comenzamos a movernos arrastrándonos para observar la base y estudiar la situación.

Lo único que pudimos distinguir “a vuelo de pájaro” fue que el edificio que teníamos más cercano a la entrada principal era la prisión, porque tenía un cercado externo y un pequeño campo donde posiblemente los presos podían moverse. Aparte de eso habían varios edificios y en total unas 6 torres de vigilancia. Una en cada esquina y dos en el área central de la base.

Apenas queríamos verificar cuantos hombres había en las torres o intentar de reconocer algunos de los demás edificios, cuando empezamos a escuchar el característico silbido de las bombas de mortero que comenzaban a caer.

Inmediatamente comenzaron las sucesiones de explosiones, que parecían caer al azar por el complejo, principalmente el terreno alrededor del complejo y buscando, sin éxito, darle a alguna torre. Pero por el cuidado que tenían de no quererle dar a ningún otro edificio los disparos quedaban un poco cortos.

Casi como si de una programación que el Comandante Flores conociera, los soldados colombianos comenzaron a salir a la carrera de los edificios, comenzaron a ocupar los vehículos que se encontraban todos afuera a pesar de tener un edificio grande central, con unas persianas que parecía un garaje.

Los del ejercito colombiano salieron a la carrera tras el área que se suponía era de donde provenían los morteros en la jungla. Nos quedamos quietos un momento, Bruce me dijo que tenía para darle a los blancos de una de las torres, aprovechando el caos y la confusión podríamos derribar a los hombres de una torre he ingresar por esa esquina…

Yo lo detuve… Si mis cálculos eran correctos, una vez salieran los soldados colombianos a buscar a los demás las torres se comunicarían entre ellas para asegurar que todos estuvieran en sus puestos…

Efectivamente, Bruce me dijo que los estaba viendo comunicándose por radio, y en la torre habían dos personas, una de ellas verificando el perímetro y otro se mantenía en contacto por radio.

A los pocos minutos escuchábamos como desde nuestras espaldas sonaban ráfagas de disparos esporádicas, mientras los colombianos perseguían a nuestros nuevos aliados de las FARC, les indiqué a Bruce y Bruns que apuntara cada uno a un hombre en la torre sureste, y en la próxima ráfaga que escucháramos les dispararan.

Con la primera ráfaga no dispararon, se estaban preparando todavía, unos incontables segundos de silencio parecieron una eternidad, pensando que habíamos perdido la oportunidad de usar el sonido de la persecución como camuflaje, una ráfaga, muy lejana a decir verdad, sonó y con ella cayeron los dos soldados con disparos en la cabeza de mis hombres.

Teníamos una torre despejada, no esperaba que durara demasiado tiempo la ventaja de la que disponíamos en ese momento, un fuerte silencio se apoderó de la zona, no vimos a nadie moverse ni salir de los edificios, tampoco lográbamos ver hombres en las dos torres centrales.

Al ver que no se estaban movilizando por la falta de respuesta de los hombres en la torre sureste, bajamos cautelosamente por la pendiente de la selva para alcanzar el complejo, rápidamente cortamos la alambrada junto a la base de la torre he ingresamos al complejo.

Ya habíamos visto que en la izquierda teníamos un edificio que parecía ser una prisión, frente en la parte central del complejo, y en orden de izquierda a derecha se podía ver un edificio muy grande que podía ser uno de los barracones, de ahí salieron la mayor parte de los soldados colombianos, junto con otro edificio idéntico en el extremo derecho frente a nosotros.

Corrimos al muro de este edificio para resguardarnos de la mirada desde las torres, uno de los muchachos se asomó levemente por una ventana con un espejo, y observó el edificio vació, además confirmando también que era otro barracón.

El edificio de prisión nos ocultaba de la torre suroeste, y teníamos un puesto de vigilancia pequeño a un lado de la entrada del complejo en el sur… Clarke se acercó lentamente a este puesto, con su cuchillo en mano para no hacer ruido si tenía que matar a alguien. Afortunadamente no había nadie dentro del mismo…

Se regresó con nosotros a continuar bajo la cobertura, quedaban tres edificios centrales, el de la izquierda parecía un gran garaje, el norte podía ser la casa de los oficiales o un laboratorio, y el sur que teníamos más cercano parecía que podía ser otro laboratorio pequeño como en la base anterior, o podía ser un comedor…

No sabíamos donde tendrían a los científicos. No creíamos que los tuvieran en la prisión, aunque era una posibilidad. Pero seguro los tenían en los laboratorios o si existía una casa de oficiales los tendrían en ese edificio.

Decidimos buscar acercarnos primero hasta la  prisión. Pero no estábamos seguros de la vigilancia que tuvieran en las torres centrales. No habíamos tenido tiempo para estudiar correctamente la situación, nos encontrábamos contra reloj si queríamos terminar antes de que regresara el ejército colombiano y nos la viéramos imposible.

Cruzamos de los barracones a la parte trasera del edificio sur del complejo, no tenía ventanas, y sus puertas eran metálicas como los laboratorios que habíamos visto ya antes en la otra base. Eso solo confirmaba la posibilidad de que fuera otro más.

Estuve tentado en ese momento de detener al equipo he ingresar primero en ese complejo, pero las probabilidades de que los científicos se encontraran directamente en la prisión eran mayores…

Verificamos por un minuto si veíamos movimiento en la segunda torre central del complejo, manteniendo siempre la cabeza abajo para no ser descubiertos, pero no vimos movimiento alguno en la misma.

Nos acercamos a las rejas externas del edificio que parecía una prisión, cortamos las cercas he ingresamos en el patio. No había nadie vigilando desde los techos, ni tampoco vimos personal en las puertas que unían el patio con el edificio.

Los únicos hombres que hasta el momento veíamos en el complejo eran los 6 colombianos que se encontraban en las otras tres torres de las esquinas restantes del complejo, y en las torres centrales continuábamos sin ver movimiento. Habíamos visto con los colombianos salir a varios soldados de color que seguramente eran los sudafricanos, pero creíamos que debían haber dejado seguramente una guarnición un poco mayor.

Al llegar a la puerta la encontramos cerrada con llave. Eso sería un problema, el tiempo se agotaba y no era momento de continuar con sutilezas… Burns voló la puerta y eso disparó la alarma en los hombres que quedaban en el complejo…

Ingresamos rápidamente en el edificio, escuchábamos a los colombianos dando órdenes en el exterior, en las torres de vigilancia, y a un gran grupo de personas vitoreando los sucesos desde el interior del edificio.

Entramos en formación para verificar el mismo. Buscaríamos a los guardias para eliminarlos y luego liberaríamos a los rehenes del lugar. La cacería dentro del complejo fue dura, pero no duró mucho tiempo. Nosotros estábamos entrenados, ellos estaban nerviosos…

Logramos abatir un total de seis guardias, todos colombianos por el color de su piel, no cargaban más que fusiles M16 y pistolas 9mm.

Bruce comenzó a revisar los cuerpos, Mouse se lanzó en el suelo, dijo que ahora si se sentía cansado y yo estaba al pendiente de todo lo que él hacía. Yo y Clarke comenzamos a buscar por las celdas a los científicos, ninguno comprendía nuestro idioma ingles, nadie sabía darnos respuesta alguna.

Burns se encontraba cuidando la entrada del complejo, le di la orden que si alguien intentaba de atravesar la puerta que habíamos volado, los bombardeara he hiciera retroceder. Mientras caminaba por el segundo piso de las celdas, escuché unas explosiones en el piso inferior.

El edificio entero pareció estremecerse, los rehenes, soldados de las FARC y campesinos que parecían ser leales a las fuerzas revolucionarias, se quejaban y se lanzaban al suelo. Casi llegando a las celdas de ese segundo piso un hombre me contestó en ingles las preguntas…

-      Identifíquese soldado. – Le decía para poder saber con quien hablaba.

El tenía un acento mucho más fuerte que Flores, pero se le podía comprender un poco y su forma de hablar era un tanto enredada, como si no dominara el idioma por completo.

-      Cabo Primero Monser señor… Gracias por Rescatarnos.

-      Vamos Cabo… ¿Donde se encuentran los científicos Americanos que vinieron a esta base?

-      No se si son americanos quienes buscan aquí – Las palabras a veces parecían enredarse en su lengua antes de poder salir, pero era por el desconocimiento del idioma principalmente. – Pero científicos con ropa blanca se encuentran en el edificio sur, custodiados por sudafricanos. Ellos obligados a hacer un virus.

Esas palabras no me habían gustado… Bruce comenzó a abrir las celdas con llaves que había encontrado en uno de los cadáveres, cada vez que liberaba una celda le daba un pequeño manojo al que liberaba para que lo ayudara con el resto.

Yo comencé a bajar a la primera planta cuando una nueva lluvia de balas se escuchó en la entrada a la prisión… Tras ellas tres explosiones más se escucharon en el exterior del edificio. Alcancé a Burns preguntando como se encontraba, y me informó que un poco incomodo porque no sabía si teníamos otra salida del edificio y no podía usar las bombas muy cerca de la puerta para evitar dañar nuestra salida.

El Cabo Monser nos alcanzó en ese momento, explicándonos que era la única puerta de salida del complejo. Se convirtió en nuestro traductor en ese momento para poderle explicar la situación a los demás.

-      Tome las armas de estos hombres que los tenían cautivos, repartala a los hombres en los que usted más confíe y que se encuentren en mejor estado de salud.

Al decir esa frase voltee a ver a Mouse, que parecía haberse lanzado a echar una pequeña siesta después del combate. Seguía respirando, pero se notaba que le costaba respirar. El descuartizador estaba a su lado. Seguía vivo, pero con una fiebre muy alta y podía estarse muriendo… En verdad era una infección más fuerte de la que nunca había escuchado para poner a nuestro hombre en ese estado al cabo de tan pocas horas.

Esperaba que hubiera logrado mantenerse en pié unos días tal vez, pero el virus lo estaba matando a una velocidad impresionante.

-      Vamos a limpiar el terreno, saldremos a buscar a los científicos. – Le indicaba de nuevo a Monser y mis hombres escuchaban atentos. – Usted y sus hombres se acercarán a esa puerta que está en el sur, en el puesto de vigilancia que tiene a un lado no hay nadie que los detenga, abren las puertas y se largan de aquí con esta gente, si pueden matar a algún sudafricano o colombiano en el camino mejor para nosotros.

-      Cuidado con sudafricanos. – Decía el cabo. – Mejor entrenados que colombianos, mejor puntería y mas malos. Recomiendo salir con vehículos con sus hombres.

-      Tendremos la recomendación presente, cabo. Muchas gracias.

Nos acercamos a la entrada del complejo por donde habíamos ingresado, pude ver los cadáveres de 3 colombianos junto a la puerta, los restos de sus cuerpos despedazados por la explosión se encontraban derramados y esparcidos por el patio.

Uno de ellos, faltándole toda la parte inferior de su cuerpo desde su estomagó para abajo, estaba recostado contra la pared a un lado de la entrada. Sus ojos abiertos parecían ver un firmamento de oscuridad y muerte en el lugar donde su alma había viajado.

Comenzamos a movernos con lentitud, no veíamos a nadie que pudiera dispararnos. Bruce verificó con el rifle la torre Sureste a ver si la habían vuelto a ocupar, y desde donde podrían habernos tomado en mejor mira, pero no se movía nadie dentro de la misma.

La que si parecía haber sido ocupada era la torre central izquierda que pudimos ver desde la esquina norte de entrada de la prisión. Las barracas nos cubrían de la torre noroeste y gracias a los dioses la torre central derecha nos la tapaba el edificio que parecía ser un laboratorio.

Los hombres de las FARC se preparaban para salir con los rehenes, seguro nos dispararían desde esa torre, y desde la esquina sur no vimos movimiento alguno en la torre que se encontraba en nuestra espalda en la esquina suroeste.

Lo que si sabíamos es que las explosiones seguro habían informado al grueso de las fuerzas colombianas que debían regresar a su base si las habían escuchado. No sabíamos cuanto les tomaría regresar pero debíamos movernos.

Los miembros de las FARC que salieron al patio tomaron las armas de los tres soldados que estaban muertos y desperdigados. Entre los civiles varios se fueron en vómito mientras pasaban por los alrededores de los cadáveres en el suelo.

Mantuvimos el fuego cruzado con la torre central izquierda, para que uno de mis hombres rodeara el edificio y lo eliminara con la PSG-1 desde el otro extremo cuando él estaba distraído con nosotros.

En el momento que avanzábamos, y una gran cantidad de gente salía y se disponía a escapar del complejo, una mujer se acercó hasta mí, cargaba un bebé en brazos y comenzó a llorarme, pero parecía llorar de felicidad, como agradeciendo que los estábamos liberando.

En ese momento escuché una nueva ráfaga de disparos, las personas se lanzaron al suelo, y yo tome a la mujer por los hombros para lanzarnos al suelo, mientras la protegía con mi cuerpo.

La dejé a un lado y al voltear la mirada buscando de donde provenían los disparos, un sudafricano se había asomado por la puerta metálica de lo que era el laboratorio al que nos dirigíamos en ese instante. Bruce a mi lado grito, “Granada”, pero le detuve el brazo y le hice señas de negación…

Como ya le había quitado el seguro y el pistillo lo lanzó más atrás de la entrada donde estaba el sudafricano, pasando incluso la esquina del edificio. La detonación tomó por sorpresa al sudafricano que no pareció escuchar cuando lanzaron la granada ya que no había dejado de disparar.

La explosión a su espalda lo lanzó un poco hacia el frente, quitándole momentáneamente la cobertura que tenía en el marco de la puerta de entrada al edificio, mientras cambiaba de cargador. Bruce se levantó en ese momento y disparó una ráfaga larga hacia donde el sudafricano se encontraba. El pobre desgraciado posiblemente moriría de más de 20 o 30 disparos… Conociendo la precisión de Bruce aún con armas de alto calibre como la que cargaba.

Su cuerpo cayó lentamente al suelo mientras la sangre chorreaba y caía por su uniforme al suelo para formar un charco rápidamente. Había causado problemas en el grupo que se estaba escapando del complejo.

El Cabo Monser levantó de nuevo la voz para que se levantaran y continuaran avanzando, uno de sus hombres estaba ya dentro del puesto de control activando la puerta para que se abriera y permitiera la salida de toda aquella gente.

Pude ver a una mujer al lado del cadáver de uno de los campesinos llorando porque había sido alcanzado por las balas de aquél mercenario, su esposo yacía muerto en el suelo… El día de hoy pienso que posiblemente fue lo mejor para que no viviera el infierno que nosotros vivimos, pero en ese momento me dolió ver el sufrimiento de esa persona.

Otro hombre buscaba levantarla, en el suelo yacían varios cuerpos que no se levantaban, los soldados de las FARC se les acercaban, hacían el ademán de levantarlos, y cuando veían que estaban muertos los volvían a soltar al suelo como si de pedazos de carne inservible se tratara. Una imagen que vería mucho en los años siguientes…

Eran muy pocas las armas que poseían, y ahora sabíamos que los sudafricanos efectivamente se encontraban en el complejo central, posiblemente cuidando su mayor bien en ese momento, los científicos americanos.

Burns se me acercó reclamando si iba a detenerlo cada vez que iba a lanzar una granada o iba  a hacer estallar alguna bomba, le expliqué en ese momento que no conocíamos la disposición de ese edificio y como afectaría una explosión en nuestros científicos. No podíamos garantizar su seguridad si se ponía a lanzar granadas como loco.

El Descuartizador salía ayudando a Mouse del edificio de prisión, le era difícil caminar en aquél momento, pero no abandonamos a ningún hombre, y aún estando muertos, solo si no existe más alternativa lo enterramos en el lugar, porque de lo contrario buscamos llevárnoslo a casa para que sea enterrado cerca de su familia.

Mientras los civiles y el personal de las FARC salía por la puerta principal, un nuevo soldado sudafricano salió del edificio central, disparó contra la multitud que corría por la puerta principal, o tal vez lo hacía a los soldados que estaban en los lados ayudando a moverse a las personas.

Bruce lanzó otra ráfaga de fuego contra aquél sujeto, derribándolo, pero no sin antes él haber derribado a varias personas más. No podíamos permitir que esos desgraciados salieran y dispararan como locos contra personas sin armas.

En ese momento Burns abrió los ojos, parecía no creer lo que estaba viendo…

-      Sarg… Sargento usted…

Me decía estando un poco asustado y apuntando con su mano derecha a mí pecho.

Cuando bajé la mirada, pude ver que mi uniforme estaba bañado en sangre, por un momento creí que estaba herido, pues con la adrenalina uno muchas veces no siente los impactos de las balas sino hasta un rato después de recibirlo.

Me llevé con un poco de nervios la mano al pecho esperando sentir la herida de la bala o la sangre caliente brotando de mi cuerpo, por un momento sentí el sudor de mi frente corriéndome por el rostro, las manos sentí que se me pusieron frías.

Al apoyar mi mano sobre mi pecho sentí la humedad de la sangre en mi palma, sentí mi corazón palpitando rápidamente por los nervios y la respuesta de la adrenalina sobre mi sistema circulatorio.

Cuando separé la mano de mi pecho noté que no seguía saliendo sangre, tenía la mano empapada de sangre, pero de mi pecho no provenía dolor mayor que mi corazón replicando con mucha fuerza en mí.

Volví a llevar la mano hasta donde estaba la sangre y empecé a palpar con los dedos en búsqueda del agujero de la bala, pero no lo encontraba…

Entonces caí en cuenta… Voltee a mi espalda y bajé la mirada… La mujer que había estado frente a mí cuando salió el primer mercenario disparando no se había levantado del suelo, el niño no estaba llorando y bajo ellos un líquido espeso y oscuro se estaba formando en un pozo lentamente.

El dolor de mi pecho creció en ese momento, no por una herida física, sino que sentía que había sido herido emocionalmente, me agaché con algo de incredulidad hasta donde estaba la mujer con su bebé en brazos.

No fue necesario voltearla para saber que la sangre que tenía en mi camisa era de ella, me observé las palmas de mis manos llenas de su sangre por un instante, era la sangre de un inocente que de alguna manera me había salvado de una muerte segura… De ella y de su bebé…

Mis ojos por un momento los sentí llenos de lagrimas, un bebé había muerto para salvarme la vida, a pesar de todo lo que hice para buscar defenderlos habían muerto en mis narices…

La rabia me estaba empezando a carcomer por dentro, sabía que debía de calmarme, las bajas siempre existían pero era la primera vez que un bebé moría por algo así frente a mí… Una nueva vida, un nuevo renacer, un nuevo despertar de este mundo segado y yo manchado en su sangre…

Una mujer que venía detrás desde la prisión se me acercó, se agachó a mi lado, yo no se que me estaba diciendo, no le comprendía y mi mente estaba muy ida en ese momento, a decir verdad no escuchaba nada… Ella tomó la manta donde estaba el bebé, yo tenía los brazos caídos frente a mí.

La manta manchada de rojo… Sentí que no podría aguantar más y menos con esa mujer queriendo mostrarme el cadáver del niño. Cuando ella movió las mantas sentí una inmensa rabia, culpa, dolor… no se como describir el sentimiento que me sumergió… Ella le destapó el rostro al bebé y me lo puso en los brazos caídos…

En ese instante el bebé sonrió y movió su brazo hacia mí… Mis oídos parecieron destaparse para escuchar su suave sonrisa despertarme de aquél estado en que había caído… El bebé estaba vivo.