jueves, 25 de abril de 2013

Capitulo 11, LA LLEGADA DE LOS OTROS, III "Caminos Diferentes"


III
Caminos Diferentes…

1

El eco del disparo retumbó en las paredes, golpeaba con fuerza los tímpanos de quienes estaban en el mismo pasillo, los soldados se lanzaron instintivamente al suelo, su entrenamiento así les había enseñado a responder ante el fuego enemigo.

Lionheart y Atsuko, se inclinaron, hasta el punto de casi arrodillarse en el suelo, para evitar ser alcanzados por el disparo.

Por un instante escucharon al final del pasillo, el crujir del hueso al despedazarse ante la presión de la bala que lo atravesaba, la masa encefálica siendo destruida por el acero que se expandía por dentro del cráneo, y el líquido coagulado que comenzaba a deslizarse por el orificio negro de la frente, de aquél zombie que los tenía bajo su poder.

Lionheart sintió por un momento que su visión se hizo borrosa, como si una neblina estuviera ante sus ojos ocultándole la realidad, y comenzara a disiparse con el suave viento del amanecer. Nunca dejó de distinguir las tres figuras que tenía frente a él, aquellos que momentos antes eran zombies, alcanzándolos desde el interior de la base, pero su recepción visual cambiaba lentamente a los conocidos rostros de Lori, Casie y Markus.

Atsuko sentía como su mente se despejaba, el tipo de criatura que acababan de eliminar le vino a la mente al instante. Sí, ya lo había estudiado anteriormente, sí, ya lo conocía pero le estaba bloqueando ese conocimiento, le bloqueaba las posibilidades de defenderse de forma consciente de un enemigo que conocía.

Pudo ver como los muchachos estaban confundidos al lado de Lori, los otros soldados estaban desnudos frente a ellos, con los pantalones bajos, las armas en mano, y sin saber que hacer, ya que los zombies que tenían frente a ellos ya no estaban… Tenían miedo y eso se notaba…

Desde el fondo todos escucharon un grito desesperado, un nombre era todo lo que expresaba el dolor de aquella voz desgarrando el corazón de quien lo escuchara, como la más lenta y horrible tonada poética, capaz de entristecer el corazón más valiente.

-      ¡Matías…!

Atsuko concentró la atención en los soldados que tenía en frente, conocía la voz que gritaba, y ya había llamado a ese soldado con anterioridad por el mismo nombre…

Pudo ver al joven soldado, arrodillado frente a ella y Lionheart, con el rostro bañado de lágrimas y los ojos cerrados, colocándose el cañón de una pistola que había caído a su lado en medio de la confusión de los soldados, intentó de levantarse, sintió las piernas fallarle, había dado un paso y le dolió el tobillo.

Observó a Lionheart avanzar a su lado, y solo pudo decir una palabra mientras lo veía avanzando al muchacho a punto de suicidarse. “Psíquicos…”

En el fondo del pasillo Ciclope, con el arma aún humeando por la punta de hierro, bajaba el cañón que había acabado con el Psíquico, mientras daba un primer paso al soldado que quería salvar, ella no sabía que estaría en ese equipo.

Por un momento sintió como si alguna fuerza la estuviera deteniendo, como si existieran los fantasmas del destino conteniendo sus pasos para que no pudiera alcanzarlo y salvarlo de su propio suicidio… Solo su nombre salió de sus labios, en un grito del corazón que después no recordaría con exactitud, y mucho menos reconocería la fuente de esa sensación que la embriagó al ver al chico con quien compartía su amor, a punto de suicidarse.

Casie y Markus caían al suelo, acababan de observar como sus propios seres queridos se convertían, una vez más, en criaturas salidas del infierno, que no estaban teniendo sexo con los otros soldados, sino que se los estaban comiendo… La transformación fue lenta, y verlos con los restos humanos chorreando por sus bocas, les quitó toda fuerza de mantenerse en pie en aquél instante.

El dedo de Matías presionaba sobre el gatillo con mucha mas fuerza, la determinación de morir no desaparecía de su corazón, había escuchado su nombre, lo había escuchado muy lejos, como si más allá del velo de los sueños lo estuvieran llamando, esperando que despertara de aquella pesadilla que no creía real.

La detonación sacudió, por segunda vez, a los presentes, los soldados se volvieron a agachar, recogiendo los hombros y bajando las cabezas, al sentir la presión sonora sobre sus oídos, y saber que era un compañero quitándose su último aliento, rindiéndose ante los acontecimientos, como ya habían visto a muchos otros en el campo de  batalla con anterioridad.

Lori gritó con fuerza, una negación a todos y a nadie en particular. No podía creer lo que había ocurrido…

Cuando todos pudieron observar a Matías, estaba arrodillado, con el arma de fuego escupiendo el humo restante de la detonación, una pequeña desviación en la dirección del cañón, y un agujero en la pared a su espalda…

La mano de Lionheart sostenía el arma, no había podido evitar que se disparara, pero la había quitado, milésimas de segundos antes de su detonación, de la boca suicida; se quemaba la mano mientras mantenía el cañón, pero no podía haberse arriesgado a golpear el arma y que se le soltara, disparando en cualquier dirección al azar…

-      Todavía no es el fin del mundo muchacho… Todavía queda mucho por lo que luchar, y una de las cosas por las que se debe pelear, es por lo que llamamos vida, comenzando con las de nosotros mismos, y luego por la de los seres queridos…

La voz de Lionheart le había llegado, pero no estaba seguro de que lo hubiera comprendido o que hubiera salido del shock…

Sin embargo cuando Lionheart le quitó el arma de las manos, en el momento que perdió su peso, la seguridad de sentir el arma entre sus dedos, su vista, que parecía perdida en un infinito pensamiento de muerte dentro de su cerebro, comenzó a enfocar a una Lori que se estaba agachando a abrazarlo… Lionheart le había volteado la mirada para poderle sacar la pistola de la boca en el fuerte movimiento con el que le había salvado la vida.

La escena fácilmente hubiera podido ser para una película, una novela, o un relato… Pero en la vida real, el sentimentalismo y los encuentros formales, ante la presencia de la muerte, no daba tiempo para reacciones lentas.

La muerte estaba a sus lados, el tiempo no se detenía para pasar todo en cámara lenta, no había tiempo de tomar los detalles hermosos de un reencuentro entre una pareja, mientras a sus espaldas, el gruñido de las criaturas, que aún estaban con vida, los llamaban y les recordaban que el enemigo aún estaba ahí, listo para devorarlos…

Los soldados voltearon a verlos… Sin camisa, con los pantalones abajo, la piel al descubierto, intentaban retroceder torpemente, unos por encima de los otros, mientras las dos primeras criaturas principales avanzaban lentos, pero constantes, con los brazos levantados a devorarlos.

Ya no los veían como las mujeres de sus sueños, los veían como eran en realidad… y detrás de ellos los primeros tres soldados que se habían estado devorado comenzaban a levantarse. El virus tenía que haber mutado, pues no había pasado más que un par de minutos cuanto mucho, desde que estos soldados se habían entregado en lo que ellos creían eran los brazos de sus amantes…

Los soldados, en medio de la desesperación comenzaron a intentar de dispararles para derribarlos, sus balas golpeaban sobre sus pechos, le destrozaron el hombro a uno de ellos, haciendo que su brazo cayera al suelo estrepitosamente, entre un amasijo de sangre coagulada negra, y carne descompuesta.

Detrás de ellos, Lionheart reaccionaba a los disparos, volteó a ver, y disparó al primero de los Z que estaba más cerca de los soldados que se arrastraban de espaldas a donde él estaba.

A su lado Atsuko, también reaccionaba. Los disparos retumbaban en los tímpanos, podían destruírselos disparando en ese espacio tan cerrado, y detrás de Lionheart, Casie y Markus comenzaban a reaccionar, descargando también sus armas sobre los zombies que quedaban en pié.

Los cinco zombies no tardaron en caer… Atsuko se acercó a la puerta por donde los habían dejado entrar, y la cerró de nuevo… Casi resbalaba en el momento que pasaba sobre los nuevos  cadáveres putrefactos. Principalmente por la sangre fresca que se encontraba en el suelo de los soldados que habían caído.

Volteó a ver el rostro de Lionheart, sintió un movimiento en el estomago, y no pudo contener las ganas de vomitar… La imagen de su padre en aquella escena homosexual no encajaba para nada con la memoria que tenía… Le daba asco pensar la manera en que aquél psíquico, conciente o no de ello, le había faltado el respeto a la memoria de su padre…

Lo odiaba… Odiaba a aquella criatura con toda su alma, se levantó para regresar a donde estaban los demás, y al pasar por un lado de la criatura que le provocó aquella sensación, le terminó de descargar las balas que le quedaban en el cargador destruyéndole lo que le quedaba de rostro y cráneo. Disparó y disparó hasta que el “clic” del arma vacía se escuchó unas tres veces en el pasillo.

Lori besaba a Matías, mientras se susurraban sus preocupaciones de verse en ese momento tan incomodo, él estaba súper apenado, no podía creer que no hubiera podido reconocer una “copia” de ella, en vez de la real… Le explicaba que su mente vaciló cuando la vio por primera vez, y cuando la falsa Lori gritaba de miedo por unos zombies…

Ella le decía que no había problemas, que ella lo comprendía, puesto que era un zombie Psíquico y él había caído en sus poderes como todos los demás.

Los soldados, con el rostro rojo, y no por sangre del enemigo en realidad, se volvían a colocar la ropa, sin mediar palabra, no eran capaces de verse las caras, ante lo que les había ocurrido,  cada uno había caído en una ilusión, sacando sus deseos sexuales a flote.

Lionheart se acercó y ayudó a Atsuko a salir de entre los cadáveres. Regresaron con el resto del grupo, los soldados cuando culminaron de ponerse las ropas, se colocaban cerca de las paredes para darles paso, puesto que ella seguía al mando de la situación.

-      Esto es más complicado de lo que pensábamos Lionheart… - Decía Atsuko mientras caminaban – Con el ataque de un Psíquico en este lado de la base, después de destruida la central eléctrica, pudimos haber muerto todos fácilmente. Si no fuera por la capacidad de Lori de no verse afectada en sus poderes, tal vez ya fuéramos parte de su ejército de muertos.

-      Ese no es el mayor problema que estamos presentando…

Le interrumpió Lori, mientras se levantaba junto a Matías. Atsuko y Lionell se vieron las caras y se colocaron cerca de los demás muchachos para conversar un momento. Los soldados también se acercaron para poder escuchar la situación y conocer las próximas órdenes.

-      Tal vez no me vea afectada por las ilusiones que ellos nos envían a la mente, y yo si los vea como lo que son. – Continuó relatando Lori. – Sin embargo eso no me dejó libre de un ataque que me hizo otro de ellos…

-      ¿Otro de ellos?... ¿Cuál otro?... - Preguntaba Atsuko. – ¿Es que acaso este es otro ataque organizado?

-      No estoy segura si es otro ataque organizado a gran escala, como cuando fuimos a rescatar a Lionheart… Pero si puedo asegurar que son varios más los que están aquí en la base, y están buscando algo.

-      ¿Qué pueden estar buscando?...

Atsuko tenía muchas preguntas en la mente… no sabía como organizarlas… hasta que cayó en cuenta de algo en las palabras de Lori que estaba tomando por cierto y no conocía en ese momento.

-      ¿Tu pudiste hablar con ellos?...

-      No se puede decir exactamente como “Hablar”… En realidad hace un momento fui atacada a mucha distancia, estaba buscando a los muchachos y cuando los alcanzaba, una voz horrible me golpeó en mi cabeza, era el líder de estas criaturas. Recuerdo sus palabras porque aún ahorita siguen dándome vueltas en la cabeza, dijo “¿Cómo llegaste tan lejos sin nosotros?... No eres lo que venimos a buscar…”. He estado pensando su significado, y hasta ahora solo había podido deducir que son varios los que están atacando la base, y como dije anteriormente que están buscando algo aquí.

Todos se pusieron a pensar por un momento, aunque ya conocían la existencia de los Psíquicos, habían tomado por hecho que ellos solo enviaban imágenes a la mente de las personas, para incapacitarlos y poderlos devorar, no habían considerado la inteligencia de parte de estas criaturas…

A todos se les podía observar los rostros nerviosos, ante esta amenaza de la que solamente Lori podía escapar a distancias cortas. Tal vez ya podían estar incluso dentro de la base.

-      A partir de este momento nos dividimos en dos grupos… - Comenzó a explicar Atsuko, cuando pensó en un mejor plan de acción. – Si somos muchos, tendremos que cubrir demasiados frentes…

       Ustedes soldados, ingresen en las habitaciones más próximas que tengamos disponibles, manténganse juntos… y esperen ahí nuevas ordenes.

       Ciclope, toma a tu equipo con Shadowcat y con Deadpool, solo ustedes tres. Quiero que comiencen a avanzar, y a todas las personas con vida que encuentren en la base, soldados y civiles por igual, les ordenen ingresar en sus habitaciones, siempre que sea posible, en caso contrario deben quedarse en las estancias donde se encuentren, salones, baños, cocina, donde sea que estén menos en los pasillos.

       Si Ciclope no les habla a las personas que ustedes logren ver, tómenlos como enemigos, y considérense bajo efecto del ataque de un Psíquico. Ella tendrá que ir siempre frente a ustedes… Vigilen la espalda, y sigan siempre su orden…

       Deben confiar plenamente entre ustedes, y recordar en todo momento de mantenerse lo más juntos posible, sin separarse de Ciclope, es la única que los salvará de ser devorados, ¿Entendido?

Casi al unísono, los tres muchachos respondieron a la pregunta y la orden al mismo tiempo: “¡SI SEÑOR!”.

-      Mientras dan la orden, busquen al presidente, debe estar en la sala de presidencial, informen de la situación y verifiquen que esté en resguardo, una vez cumplan esa misión, y los hombres estén completamente seguros de seguir sus ordenes de no volver dejar entrar a absolutamente más nadie, se dirigirán a  la sala de seguridad.

       Lionheart y yo tenemos otra misión, debemos llega a la estación eléctrica, y volver a restaurar la electricidad. Una vez cumplamos la misión, debemos comunicarnos y ahí veremos cual será el siguiente paso.

       Moviéndose a paso ligero señores…

Todos los soldados, (incluyendo a Lionheart), se colocaron en posición de firmes, saludaron a Atsuko, y luego voltearon a ver a Ciclope…

Por un momento se sintió sin palabras, un poco insegura ante la responsabilidad que había caído sobre sus hombros. Una responsabilidad que nunca le habían dado, nunca le habían permitido muchas libertades en la base, y ahora la ponían al frente de un comando de exterminio, buscar al presidente para su rescate y luego informar de la situación en la base.

Quería discutir con Atsuko, decirle que debían ir juntos, que ella podía salvarlos para llegar con seguridad a la estación eléctrica, que sin ella podían caer en una ilusión nuevamente, y morir sin posibilidades de defenderse.

Pero sabía que no debía cuestionar órdenes directas de su superior, y aún más allá sabía que la seguridad del presidente y del interior de la base era también importante…

Los soldados y su equipo seguían esperando su orden de avanzar, ella volteó a ver a Atsuko directo a los ojos, buscaba apoyo, buscaba algo de animo o que ella pudiera hablar de mente a mente, para que le dijera las palabras y sus ordenes que debía impartir…

Atsuko movió ligeramente el labio en una mueca mínima de sonrisa, mientras afirmaba con un suave movimiento de su cuello que ella podía lograrlo…

Lori sintió nuevos ánimos, sintió como la adrenalina nuevamente se le acumulaba en las venas…

-      Muy bien señores, yo voy en el frente. Si comienzo a disparar, no me importa que ustedes vean a sus madres, a sus padres, a sus mujeres, o a quien les de la gana de ver, si salen corriendo a donde estén los zombies les disparo para evitarles una muerte dolorosa.

       Sigan siempre mis ordenes y quédense siempre a mi espalda.

Volteó a verlos a cada uno a los ojos… El miedo no había desaparecido de sus miradas, pero mientras los veía directamente a los ojos, con confianza, comprendían sus sentimientos, y obtenía respeto…

-      Comencemos a avanzar, en la primera oportunidad que encuentre zombies en la base, se quedarán en la habitación, salón o lugar seguro más cercano que tengamos y seguiré únicamente con mi equipo, no sabemos que tanto ha penetrado el enemigo en la base, pero debemos suponer que estamos comprometidos al 100%.

       Andando…

Sin esperar una respuesta Ciclope se dio la vuelta… Se imaginaba el rostro de Matías en aquél momento, tenía pena de verlo, sentía que si lo hacía el corazón se le haría pequeño, y aún peor, que si fallaba sería la que causaría su muerte, junto al resto de los soldados…

Los hombres comenzaron a seguirla por los pasillos… vigilando cada paso, escuchando cada respiración, pendiente de cada uno de sus sentidos, mientras ingresaban en la oscuridad de la base, que poco a poco perdía las luces de emergencia, con sus viejas baterías dañadas…

-      ¿Sabes que sería mucho más fácil llegar hasta la estación eléctrica si ella nos hubiera acompañado verdad?

Preguntaba Lionheart de manera discreta y suave, mientras el último hombre desaparecía por la esquina, y ellos dos los habían visto a todos retirarse…

Atsuko tenía los ojos vidriosos por las lagrimas, aún no se deslizaban por la mejilla, era por una combinación de sentimientos, entre lo que había visto de su padre, los muertos que estaban a su espalda en el suelo, y saber que podía estar enviando a la muerte, a “sus niños”…

-      Si… Lo se…

Dijo secamente… Esperaba una reprimenda, regaño u otra vacilación antes de comenzar su misión, al quedar solo el pasillo y estar completamente conciente que no tendrían respaldo.

-      También sé que ella es la única que podrá salvar a la mayor cantidad de personas en la base, porque aparte de no caer en los poderes psíquicos de esas criaturas, antes de cruzar una esquina o abrir una puerta podrá sentirlos… Solo espero que esta no sea su última misión…

-      No creo que se deje morir tan fácil… ella peleará hasta el final y matará a todos los zombies que pueda…

-      No es eso lo que temo… Desde hace tiempo, los científicos de nuestra base determinaron que mientras más usa sus poderes, el virus se apodera más y más de su cuerpo. – Respondía Atsuko, mientras se daba la vuelta y se acercaba caminando con cuidado a la puerta que los llevaría a la estación eléctrica. – Ninguno sabe como ha soportado tantos años el virus, incluso han intentado de crear una vacuna o cura con su sangre, pero no han podido hacerlo, puesto que su cuerpo no está rechazando el virus, solo lo ha adaptado para vivir con él… Pero poco a poco, va perdiendo la pelea, poco a poco se va convirtiendo en uno de ellos y deja de ser uno de nosotros. Por eso los soldados le temen tanto cada vez que se desmaya, cada vez que usa su poder. Nadie quiere trabajar con ella, nadie excepto yo…

Se habían detenido frente a la puerta donde habían ingresado los primeros zombies, el psíquico que los había puesto en jaque y casi se los devora junto a sus compañeros. Ella colocó un oído en la puerta, esperando escuchar del otro lado, si existía alguna criatura.

El sonido a vacío de la puerta, no le permitía escuchar más nada del otro lado…

-      A partir de este momento, todo lo que encontremos afuera de esta puerta deberemos tomarlo por un Zombie… - Comenzó a decir ella observando el rostro de Lionheart – Si nos equivocamos y matamos a un ser humano vivo, civil o militar, yo cargaré con la culpa, pero no podemos permitirnos… no podemos…

Sus sentimientos la traicionaban… él la comprendía perfectamente, no quería que se esforzara más de lo necesario…

-      Tranquila… comprendo lo que quieres decir… vamos un paso a la vez. Encendamos la electricidad de la base, y luego veamos hasta donde nos llega la mierda…

Ella dibujó en su rostro una pequeña sonrisa… a Lionheart se le iluminaron los ojos…

Abrieron la puerta juntos, el cañón de las pistolas que tenían con ellos fue lo primero que observó un zombie que se encontraba a unos pasos de la puerta, siguiendo a sus predecesores. Este sí lo habían visto bien, no estaba escondido por la ilusión de ningún otro psíquico. Dos balas le destruyeron el cráneo, y su cuerpo cayó lentamente al suelo, mientras los dos le pasaban a su lado para salir del perímetro he ingresar en la zona con árboles que los separaba de la estación eléctrica principal.

2

La superficie por la entrada principal se encontraba vacía… Todos los cuerpos que estaban sumados en una orgía masiva entre los soldados y sus amantes, las estrellas porno, las estrellas de cine, modelos, familiares y gente común habían acabado.

El viento soplaba, se escuchaba los monos aullando fuera del perímetro, asustados y preocupados por lo que ocurría, mientras las manchas de sangre por todo el suelo era la única muestra de lo que había ocurrido en ese lugar.

Abajo, dentro de la base, todas esas criaturas habían ingresado de manera lenta, constante, llevando sus pasos por las escaleras, cayendo y rodando muchas veces, pero sin prestar la menor preocupación o vacilación por las posibles consecuencias de los golpes.

Sus cuerpos estaban aún frescos, aún tenían las fuerzas de vida, sin el atrofio de los músculos por el pasar de los años, el sol y la lluvia, el frío de las noches, y el calor de los días.

Los zombies que mantuvieron la orgía en la superficie se encontraban al final de las escaleras, dentro de las instalaciones… Observaban la dirección que tomaban la mayoría de las criaturas siguiendo al líder principal.

Ellos se separaron en los otros dos pasillos que había, llevando consigo unos buenos grupos de compañeros… Tenían que alimentarlos, mantenerlos frescos, y disfrutar de la comida mientras su líder conseguía lo que lo había traído a este lugar… El premio de ellos era la comida, él tenía otro premio en mente.

Mientras tanto en otro pasillo, al frente de los pelotones de zombies que avanzaban, enviando la pudrición por los ductos de aire, el líder y sus dos compañeros principales, habían conseguido la puerta que llevaba a donde su recompensa lo esperaba… Sentía la cercanía de todo ese poder, pero aún no estaba listo para obtenerlo, tenía que acercarse aún más, tenía que llegar aún más cerca.

-      Tengo que obtenerlo, al precio de la sangre que sea necesario…

Pensaba aquel zombie, que gustosamente comenzaba a descender unas oscuras escaleras, ayudado por los soldados que aún le escoltaban, aquellos soldados que veían al presidente, a su hija y uno de sus asesores.

-      Señor… Nosotros no tenemos permiso de acceder a esa área. Lo escoltamos hasta aquí…

-      ¿Quien les dio permiso de escoltarme hasta aquí solamente? – Respondía a sus mentes el presidente Z… Para ellos ya se había hecho normal la sensación de escucharlo en su mente y no en sus oídos… - Ustedes son mis escoltas en este momento, los autorizo a venir, ayúdenme a descender con cuidado, y mantenga la boca cerrada…

Los hombres ayudaban al Presidente a descender las escaleras. Mientras uno de sus compañeros se quedaba arriba y continuaba con un grupo grande de sobrevivientes avanzando por el pasillo.

Seguían dividiéndose en grupos… Habían dejado unos atrás en la entrada de la sala presidencial, custodiando dicha sala, otros se habían dispersado por los pasillos, donde los soldados continuaban viendo a sus sueños más eróticos caminar por los pasillos, otros veían a sus familiares… nadie se oponía a un abrazo, o un acto sexual en orgía…

Todos caían felizmente en los brazos del placer y la muerte…

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